El Gran Rojo

Hay autores que se convierten en un fijo dentro de tus lecturas, en mi caso Benito Olmo es uno de ellos, y aunque el autor vaya publicando nuevos trabajos a mayor ritmo del que afronto sus lecturas, siempre es bueno porque en te van a venir bien. En esta ocasión os voy a hablar de El gran rojo, una obra ambientada en la ciudad de Frankfurt, misma ciudad en la que el autor estuvo viviendo y por la que deambuló mucho para descubrir los contrastes que encontramos en el libro.



Frankfurt es una ciudad de lujo donde los impresionantes y grandes edificios ocultan un submundo de barrios, droga y perversión que en ocasiones hacen que sus diferentes tipos de gentes interactúen.

En esta ocasión el protagonista es el detective Mascarell, un español afincado en esta ciudad más por despecho amoroso que por éxito profesional pero que sabe que si abandona la ciudad será para cerrar la relación con su exnovia Gabriela para siempre. Debido a esto, sus servicios como detective se extienden a aceptar cualquier cosa y es en este momento cuando le llega un encargo peculiar y aparentemente sencillo, encontrar a alguien que parece buscar toda la ciudad, Gerard.

Paralelamente Ayla es una joven en problemas ya que su hermano acaba de morir y su padre con Alzheimer precisa de sus cuidados constantes. Por lo que parece de momento la única vía de escape es el trapicheo del que quiere alejarse sin resultados.

La investigación tanto de Mascarell como de Ayla les lleva a un encuentro en el que todo apunta a que van a tener que colaborar si quieren empezar a unir piezas del puzle, unas fichas que cada vez parecen ser más numerosas y con menos relación entre ellas.

Como contrapartida a este binomio aparecen en la búsqueda de Gerard la mafia denominada El gran rojo, también empresas muy poderosas y por si fuera poco un par de tipos muy peculiares y sin ningún tipo de escrúpulo para borrar de la búsqueda al que haga falta.

A parte de los personajes protagonistas citados, la novela tiene un amplio ramillete de secundarios de todas las nacionalidades posibles, estos personajes tienen su protagonismo en algún momento o detalle específico que hacen que el autor aporte a cada uno de ellos una personalidad y circunstancia muy marcada para dar sentido a su aparición.

La trama resulta muy creíble a pesar de las muertes que vas a encontrar en el libro, fallecidos que quedan escondidos entre los números habituales de esta gran ciudad que también es protagonista en el libro.

"No es lo mismo, visitar una ciudad que vivirla, sufrirla y hundirte en sus entrañas para tratar de comprenderla".



La narración del libro es peculiar ya que viene mezclada, el propio Mascarell nos relata en primera persona, sin embargo la parte de Ayla se narra en tercera persona, y momentos de otros personajes también se narran en primera persona.

El tiempo de la novela transcurre en 5 días, por lo que el ritmo y los sucesos son constantes llegando a momentos de gran tensión que invitan a seguir leyendo para descubrir algo más, aunque lo que pasa es que los nuevos giros te echan abajo todas tus previsiones.
CONCLUSIÓN :

Esta introducción nos lleva a muchas preguntas:

¿Qué esconde Gerard para que todo el mundo quiera encontrarle?
¿Tiene que ver con la muerte del hermano de Ayla?

Y otras muchas que encuentran su respuesta leyendo este vertiginoso libro de investigación al más puro estilo Benito Olmo y donde los personajes al igual que en sus anteriores obras llevadas al cine nos dejan una auténtica novela visual.

Una novela que aporta gran entretenimiento y que descubre un nuevo detective que da para nuevas entregas, Mascarell un tipo muy normal pero capaz de comprometerse hasta el final.

Un libro ideal para un viaje y para entre leer con otras lecturas más pesadas.

¡Que bien que aún tengo libros del autor pendientes!


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