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La maniobra de la tortuga de Benito Olmo
Mujeres con la autoestima hecha pedazos, que han pasado tanto tiempo bajo el yugo de un maltratador que ya no saben vivir de otra manera y cuya reinserción en la sociedad resulta lenta y dolorosa.
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Calificación promedio: 5 (sobre 102 calificaciones)
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La maniobra de la tortuga de Benito Olmo
Mujeres con la autoestima hecha pedazos, que han pasado tanto tiempo bajo el yugo de un maltratador que ya no saben vivir de otra manera y cuya reinserción en la sociedad resulta lenta y dolorosa.
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La maniobra de la tortuga de Benito Olmo
Años de matrimonio con un hombre déspota y dominante que la habían convertido en una pusilánime, mermando su capacidad para establecer relaciones personales o entablar una simple conversación que fuera más allá de un saludo y algunas palabras corteses.
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La maniobra de la tortuga de Benito Olmo
... donde el sol empezaba a emerger tras la catedral fundiendo su característica silueta en un color negro tan oscuro que se confundía con el resto de edificaciones a su alrededor. Durante algunos minutos el cielo se tintó de matices violetas, naranjas y rosas antes de adquirir una tonalidad límpida y uniforme...
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El Gran Rojo de Benito Olmo
El caballo galopa de vena en vena. Lo destroza todo a su paso, dejando tras de sí un rastro de desolación con trazas de irreparable.
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La tragedia del girasol de Benito Olmo
Supo que se había ganado la antipatía de todo el grupo y, para celebrarlo, cuando llegó la cerveza la alzó en su dirección a modo de saludo. Solo uno de ellos levantó tímidamente su refresco, sin saber muy bien a qué venía aquel brindis, mientras los demás gorilas continuaban mirándolo sin disimular su irritación.
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La maniobra de la tortuga de Benito Olmo
No había nada más descorazonador que eso, pensó. La imagen de quien ha pasado toda su vida tratando de proteger a una hija y, de repente, descubre que no ha sido suficiente.
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La tragedia del girasol de Benito Olmo
Aquel hombre estaba enamorado, decidió, y no le había dado mayor importancia de haberse tratado de un enamoramiento sano, sensato. Sin embargo, lo que tenía ante él respondía más bien a un sentimiento enfermizo, que colapsaba la parte más racional de su cerebro y le nublaba el juicio y la capacidad de pensar por sí mismo, convirtiéndolo en un títere en manos de aquella mujer. "Como un girasol - se dijo -, condenado hasta el fin de sus días a segir el movimiento del sol que le da la vida; el mismo sol que al cabo de unas semanas se la quitará, achicharrándolo".
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La maniobra de la tortuga de Benito Olmo
Si algo había aprendido a lo largo de su carrera como inspector de policía era la norma no escrita de que a los poderosos no se les molesta.
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La tragedia del girasol de Benito Olmo
¿Por qué no podía dejarlo estar sin más? Al fin y al cabo, aquella no era su guerra y no tenía mucho más que hacer allí. Sin embargo, su intuición le empujó a seguir esperando, incapaz de echarse a un lado y dejar que otros tomaran las decisiones por él.
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Astillas en la piel