Un verano en la Provenza

Hacía tiempo que no leía nada de esta autora y tenía ganas de una de sus historias que tanto hacen viajar al lector.

La portada me parece muy fresca, muy divertida y muy acorde con el texto. Tanto los macarrons, las tazas y, sobre todo, la lavanda. Muy protagonista de toda esta historia es la lavanda.

El título, como otros de los títulos de esta autora, siempre te evoca a un lugar. Leerlos es un viaje. Una de la cosa que más me gustan son sus títulos.

El prólogo de Un verano en la Provenza nos lleva a Agosto 2003 a Beauville, en la Provenza, para presentarnos a la tía Elora, a Gisselle, a Paul y a la protagonista de esta historia, Monique Briand. Tras lo que da un salto adelante a París en Junio de 2014, donde nos encontraremos a una Monique adulta, que comparte piso en París con sus amigas Sandra y Patricia, periodista de profesión y ganadora de un premio reciente, que se ve envuelta en un escándalo del que le apetece huir. Y no hay mejor sitio que la Provenza para eso, el lugar donde pasaba sus veranos de niña.

La historia está ambientada en los años 2014/2015, principalmente en Beauville. Con algunas escenas en París, de donde es la protagonista. Y la trama principal gira en torno a Monique y Paul, pero realmente es la trama que menos me ha gustado. No he empatizado con su historia de amor ni con ellos como personajes. He leído este libro por las subtramas. Por la historia del cuaderno de la madre de Elora (Marissa), por la historia de Elora, por la historia de amor de Patricia, el concurso de Jérôme, el trío de Èlise, Helga y Billy... Me han gustado bastante más los secundarios que los protagonistas. Aunque la subtrama de Sandra ya me ha parecido demasiado forzada.

El final es el esperado y el prólogo, que ocurre ya en 2016, es la guinda del pastel de esta novela que te deja un buen sabor de boca y tiene momentos muy divertidos. Aunque he disfrutado quizás menos de esta novela que lo he hecho de otras de esta autora.