La voz de su conciencia no dejaba de susurrarle que a Peter Pan empezaba a gustarle demasiado Campanilla.
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La voz de su conciencia no dejaba de susurrarle que a Peter Pan empezaba a gustarle demasiado Campanilla.
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—Mi único error fue enamorarme de aquel chico que un día llamó a mi puerta con unas flores que no eran para mí.
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Y la besó con ternura, despacio, con todas las ganas acumuladas desde aquella primera cena. Después, la miró a los ojos para observar su reacción y se sintió infinitamente grande al ver su sonrisa.
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—Nunca quise buscar a la mujer de mi vida —murmuró acariciándole la oreja con los labios—. Y resulta que ella me encontró a mí.
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Y pensó que el amor, ahora sí lo sabía, el amor olía a la Provenza. Como una pastilla de jabón de lavanda envuelta en papel de seda.
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Monique, yo no le pido garantías al amor, ni a la vida. No sé qué pasará con nosotros, pero sí sé que cada minuto que sea feliz a su lado habrá merecido la pena.
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—Nunca quise buscar a la mujer de mi vida —murmuró acariciándole la oreja con los labios—. Y resulta que ella me encontró a mí.
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El pasado es recuerdo y el futuro algo que imaginamos, la realidad es el presente.
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No voy a dejar que cometas la misma idiotez que la yaya aquella en la película del Titanic.
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Ojalá algún día supiera explicarle a Monique que nadie aprecia el valor de la alegría si antes no ha conocido el dolor. (…)
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¿Quién es el autor/la autora de Episodios Nacionales?