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Mandíbula" trata sobre las madres y las hijas; sobre las alumnas y sus maestras. Y la maldita adolescencia. La autora llama a esta etapa la etapa blanca en la que se adora al dios Blanco. Un grupo de adolescentes, niñas bien del Opus Dei, se entregan al culto de este dios que es su propia miseria, sus dudas, sus rencores, su identidad en proceso... y cómo lo que parece un juego se vuelve realidad. Clara es maestra de Literatura (je) en un colegio católico de niñas privilegiadas (je) y lleva consigo una ansiedad terrible y el deseo de seguir los pasos de su madre que era maestra también (je), pero Clara estaba enamorada de su madre, terriblemente obsesionada con su madre; y le da clases a niñas obsesionadas con el dolor, con la popularidad, con los límites inexistentes de una sociedad que les da todo y les ha quitado todas las ganas de nada. Estas niñas juegan en un edificio abandonado y descubren ahí su propio abandono, y por lo que sea, por aburrición, por soledad, Clara va a pagar muy caro esta crianza de niñas ricas y de paso también se lo va a cobrar a la alumna que decide secuestrar. |
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