Seguramente lo que más me ha gustado del libro es la portada. La historia de amor que nos narra Ogawa entre una menor y un hombre que la saca más de 50 años es turbadora. Además entre ellos se establece una relación de sumisión y humillación que a mí, personalmente, me ha dejado mal cuerpo. A parte de esto, creo que la historia y los personajes no estaban muy bien construidos y hay puntos que suceden sin sentido alguno como el que ella empiece a pensar que él mató a su mujer, que la chica tenga una relación con su sobrino, que el sobrino no tenga lengua, etc. en resumen, hay partes de la historia que no en encajan. No lo recomendaría.
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