Violación. Una historia de amor

Que JCO es una autora que me gusta mucho es algo que no puedo esconder. Es ya suficiente lo que he leído de ella para saber que cuando empiezo alguna obra voy a acabar pasando por situaciones delicadas y el título de esta en concreto deja clara cuál va a ser.

Sin embargo, a pesar de la advertencia, es imposible estar preparada para pasar las páginas manteniendo la compostura porque el suceso en sí y todo lo que viene después revuelve las tripas de cualquier persona con principios.

Que la agresión sufrida por Teena ante los aterrados oídos (quién la lea me entenderá) de su hija Bethie es brutal se sobreentiende. No hace falta caer en el sensacionalismo para transmitirlo y Oates sabe de sobra cómo evitarlo.
Pero eso es sólo el punto de partida. Lo que la novela narra de manera exquisita es el calvario al que las víctimas deben enfrentarse después, el juicio y condena al que se les somete antes y por encima de los agresores: sandalias de tacón, labios pintados, una sonrisa, algunas cervezas.
También el miedo y el acoso durante el juicio, la obligación de testificar delante de las personas que le han destrozado la vida y que siguen libres y tranquilos con sus vidas.

Que el libro se publicara hace 18 años y a pesar de ello parezca inspirado en la más reciente actualidad añade un punto de rabia y frustración inevitable.
Terminé la lectura hace semanas y hoy leo la noticia de unos policías que se librarán de la cárcel tras violar a una joven de 18 porque ella ha preferido llegar a un acuerdo que testificar y revivir el calvario.

De verdad, ¿Hasta cuando habrá que soportar esto? Nada me hace pensar que dentro de otros 20 años la novela de Oates parezca cosa de un pasado vergonzante.
Ojalá 🔥🔥🔥.