Violación. Una historia de amor

Dureza, crudeza, violencia, emanan del contenido de una novela que posee tanta fuerza y a la vez tanta tragedia. Conmueve y enfada a la vez.

He tenido que dejar pasar un tiempo después de su lectura, para comentarla., pero una veterana escritora como lo es Joyce Carol Oates, sabe muy bien como reflejar una experiencia tan traumática y sus consecuencias como es la violación, de una forma que no puedes dejar de leer y a la vez muy directa, reflejando una sociedad donde las propias personas, amigos y conocidos de las víctimas, es decir su propia comunidad. llegan a culpabilizarlas tomando partido por los indeseables violadores.
Nos recuerda que esto sucede en la realidad.

Ya lo apunta el título, no descubro nada, hay una violación que va a desencadenar la historia que leemos.
Sin embargo, el título se completa con unas bellas palabras: Una historia de amor y esto, ¿qué significa? Pues yo creo que es una referencia muy acertada a un amor desinteresado que nos va a llevar al final de la historia y a la ley del Talión.

Y desde las primeras líneas ya sabemos cómo pasó, un asalto hecho por una pandilla de jóvenes de la zona, hacia una mujer separada, Teena Maguire, joven y guapa que volvía a casa con su hija Bethie en la medianoche del 4 de julio, por un camino solitario.

Vamos a encontrarnos con un mujer culpable de su violación, por decidir irse caminando, por arriesgar a su hija , por el modo de vivir y de su independencia. Una realidad incluso más salvaje y dura que la propia violación. Así de fuerte.

Bueno, y lo más grave es que esto sigue pasando, las víctimas tienen miedo de denunciar porque en muchos casos son culpabilizadas.
Y nos recuerda casos recientes sucedidos aquí en España, que prácticamente están en la misma línea.

Es un libro, duro, pero envolvente, y también necesario para poner en evidencia lo que no debería suceder jamás.

Escrito con una prosa clara, limpia y muy efectiva, separada en cortos capítulos con títulos que nos informan muy directamente de su contenido, logra inmiscuirnos y avanzamos en la historia que después del inicio tan impactante de la violación, camina por otros derroteros, casi de novela policial.

Una lectura que invita a la reflexión ante un hecho que, desgraciadamente, está muy presente y que permite hacer una crítica radical ante lo ocurrido.
Pues vamos a ello.

El mundo dispone de dos espacios muy bien definidos, uno público y el otro privado. El espacio público desde tiempos inmemorables, pertenece hegemónicamente al varón. El espacio privado será el reservado a las mujeres.

Pero, nos encontraremos con algunos hombres, los violadores, que no pueden tolerar que el espacio que consideran exclusivo, sea ocupado por las mujeres y para evitarlo, utilizarán todas las armas posibles. Entre ellas la más brutal, la más terrible, la violación y para consumarla ejercerán, si fuera necesario, la fuerza bruta como se cuenta en la novela.

Siempre se pensó que el violador sufría una especie de frenesí sexual irrefrenable que lo llevaba a cometer uno de los crímenes más execrables. Sin embargo, desde un tiempo a esta parte, los estudios que se están llevando a cabo señalan otros motivos para explicar por qué hay violadores y violaciones.

Parece ser, según revelan estos trabajos que lo que el violador busca, accediendo violentamente al cuerpo de una mujer es crear un espacio público de terror para ellas.

Las agresiones sexuales son instrumentos para aleccionar y coaccionar a las mujeres. Ellas deben saber qué cosas pueden hacer y cuáles no. Han de comprender que su ámbito de actuación es el privado y que por tanto, ocupar un espacio publico que no les pertenece, puede tener graves consecuencias.

Es habitual que el violador infrinja a la mujer que viola un daño que está por encima del puramente sexual.
En la mayoría de los casos se las agrede físicamente, causándoles lesiones importantes que las lleva al hospital, al margen de la pura agresión sexual que han sufrido.

Así es como sucede también en esta obra. Se las insulta, se las veja y se las culpa de la agresión que han sufrido por los más variopintos motivos. Y encima y como se indica en la novela, está la variante de la violación en manada.

Por todo ello, y a pesar de la dureza considerable que nos inunda leer esta novela, merece la pena y nos invita a pensar y a desear una sociedad donde este tema haya desaparecido.
Recomendable.

Está claro. Hay novelas duras. Mucho. No más que la propia vida. Historias que nos muestran que los asuntos judiciales poco tienen que ver con hacer justicia. Y que cualquier relato puede volverse del revés, como un calcetín, a cambio de una buena cantidad de dinero y un grupo de personas armadas de ojos llenos de prejuicios y envidias.

Violación, una historia de amor (Editorial Contraseña, 2022), de la prolífica Joyce Carol Oates, fue publicada originalmente en 2004. Se construye como una narración de suspense, casi cinematográfico, que uno no puede dejar de leer hasta llegar a la última de sus 166 páginas.

Esta obra coral, tremendamente cruel, de dureza extrema y profunda injusticia comienza con la decisión de Teena Maguire, viuda de 35 años, de regresar a casa con su hija de 12 años, tras celebrar la noche del 4 de julio con su pareja y algunos amigos. Una vez dentro del parque de Niagara Falls tomarán un camino que les permitiría ahorrar diez minutos. Sin embargo, madre e hija son seguidas y, finalmente, brutalmente asaltadas por un grupo de jóvenes vecinos que se encuentran bajo los efectos de diversas sustancias y que se creen dueños de una total impunidad.

Aunque a Teena la abandonan, dándola por muerta, Bethie, la niña, logrará escapar de tan terrible destino, aunque la huella de lo vivido la acompañará durante toda su existencia. A pesar de que su madre es atendido por los servicios de urgencia y, tras una larga estancia en el hospital, consigue salvar la vida, esta jamás volverá a ser la misma. Cómo podría serlo, sabiendo que los detenidos son vecinos y conocidos, algunos con agresiones o acusaciones previas, que no solo no se sienten responsables, sino que contratan a un abogado sin escrúpulos -y una tarifa elevadísima- y se creen la versión que este les fabrica.

Teena, su hija y su madre temen el calvario en el que se convertirá el juicio, mientras su mundo se derrumba. Sus miedos y angustias se entrelazan con las idas y venidas de los agresores. Con sus justificaciones. Y también con un elemento inesperado, que conoce la ley y está dispuesto a que se haga justicia. Dentro o fuera de un juzgado.

Una vez más, la Editorial Contraseña sorprende con un ejercicio de estructura y síntesis, de ritmo narrativo. Con una historia tremendamente dura, pero que nos coloca ante una situación que, desgraciadamente, sigue teniendo lugar y por lo tanto debe tener también un hueco entre nuestras lecturas y en nuestras conciencias.
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La cosa ya empezó regulera. Cada página parecía querer ir denunciando todos los clichés casposos que existen acerca de la “responsabilidad” que tienen las mujeres en su propia violación. Ya saben:

“Esa mujer, pero ¿qué esperaba? Lo estaba pidiendo a gritos, esa buscona. Vestida como una guarra. Es su palabra contra la de ellos. ¡Vaya usted a saber lo que pasó en ese parque en plena noche!”

Después me reconcilié algo con la autora cuando empecé a ver que no se centraba morbosamente en el acto de la violación y sí en las consecuencias, en la angustia de las víctimas y el ambiente que se crea alrededor de ellas en una población pequeña en la que todos se conocen y donde tienen que seguir viviendo topándose a cada paso con amigos, vecinos, primos o hermanos de los violadores, donde la prensa se ceba en el escándalo y en infundir sospechas manipulando a la opinión pública, donde la justicia puede depender de la habilidad de un abogado sin escrúpulos y la ideología trasnochada de un juez. En este momento la narración te atrapa por la rabia, por la indignación, por la incertidumbre en el resultado de la justicia, aunque en ningún caso pueda ya compensar el daño hecho a las víctimas.

La narración es muy corta, muy telegráfica, no entra en el análisis de caracteres, de circunstancias, de motivos, aunque sí es muy eficaz en provocar la irritación del lector para, y esto es lo que me ha indignado y la razón de que solo le dé un par de estrellas, darle a continuación la peor de las satisfacciones, justificando lo injustificable, por muy deseable que sea a nivel individual.

Aunque puede parecer que el título de la novela ya desvela mucho, recomiendo leer esta historia que no llega ni a 200 páginas y es capaz de provocar sensaciones tan desgarradoras durante la lectura.

Teena es una joven viuda de 35 años y madre de Beth, una niña de 12 años. Una noche, después de celebrar el 4 de julio con su novio y unos amigos, decide tomar un atajo para volver a casa. Durante el camino son asfaltadas por una pandilla del pueblo y Teena es brutalmente violada en presencia de su hija.

Y esto es solo el principio. El tormento por el que pasan ambas, las heridas físicas y mentales que el ataque les deja, el juicio social al que son sometidas y la cuestionable justicia legal que les hace sentir doblemente atacadas, está narrado de un modo estremecedor.

Teena cae en un pozo profundo del que nadie puede sacarla. Beth ya no consigue confiar en nadie pero siente devoción por aquel agente que la encontró y rescató el día del ataque.

Para mi ha sido una lectura impecable dentro de su crudeza, ya que el estilo de la autora, el fondo y la forma de la novela, me atraparon y no pude soltarla hasta el punto y final.

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"Sólo una decisión, apenas un segundo de tu vida entera y tu vida ha cambiado para siempre"

La vida cambió para siempre para Teena y su hija Bethie cuando de regreso a su casa después de celebrar el 4 de julio decidieron acortar por el parque para llegar a su casa diez minutos antes. Cuando un grupo de hombres, vecinos y conocidos, le salieron al paso. Cuando Teena fue bestialmente agredida. Cuando la justicia no es justa. Cuando la juzgada fue ella. Cuando aparece un abogado sin escrúpulos. Cuando la sociedad la culpó. Cuando Dromoor, el policía que las encontró entra en sus vidas...


Como veis el tema es durisimo pero la pluma de Oates te lo hace fácil de leer y te atrapa, te encandila y te absorbe desde el principio hasta un final tremendo. Es de esas novelas que empiezas y no puedes dejar de leer.
Tampoco quiero deciros mucho más porque es muy corta y es mejor leer sin saber porque sí, hay que leerla.
Sí, el tema es durisimo pero no está contado de manera escabrosa.
Sí, duele mucho porque es un tema actual y las heridas siguen abiertas pero no hay que olvidarlo.
Sí, se te encoge el estómago y te sangra el alma leyéndolo porque es muy crudo e injusto pero es necesario visibilizarlo para educar, para que no haya más injusticias, para que podamos salir sin miedo y para que las víctimas no sean las juzgadas, las avergonzadas y las que se tengan que esconder.

Es el primer libro que leo de la autora y a pesar de la crudeza del tema me ha encantado como escribe, así que seguiré leyéndola.

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Que JCO es una autora que me gusta mucho es algo que no puedo esconder. Es ya suficiente lo que he leído de ella para saber que cuando empiezo alguna obra voy a acabar pasando por situaciones delicadas y el título de esta en concreto deja clara cuál va a ser.

Sin embargo, a pesar de la advertencia, es imposible estar preparada para pasar las páginas manteniendo la compostura porque el suceso en sí y todo lo que viene después revuelve las tripas de cualquier persona con principios.

Que la agresión sufrida por Teena ante los aterrados oídos (quién la lea me entenderá) de su hija Bethie es brutal se sobreentiende. No hace falta caer en el sensacionalismo para transmitirlo y Oates sabe de sobra cómo evitarlo.
Pero eso es sólo el punto de partida. Lo que la novela narra de manera exquisita es el calvario al que las víctimas deben enfrentarse después, el juicio y condena al que se les somete antes y por encima de los agresores: sandalias de tacón, labios pintados, una sonrisa, algunas cervezas.
También el miedo y el acoso durante el juicio, la obligación de testificar delante de las personas que le han destrozado la vida y que siguen libres y tranquilos con sus vidas.

Que el libro se publicara hace 18 años y a pesar de ello parezca inspirado en la más reciente actualidad añade un punto de rabia y frustración inevitable.
Terminé la lectura hace semanas y hoy leo la noticia de unos policías que se librarán de la cárcel tras violar a una joven de 18 porque ella ha preferido llegar a un acuerdo que testificar y revivir el calvario.

De verdad, ¿Hasta cuando habrá que soportar esto? Nada me hace pensar que dentro de otros 20 años la novela de Oates parezca cosa de un pasado vergonzante.
Ojalá 🔥🔥🔥.

Una novela corta en páginas pero muy extensa en emociones. Retrata, sin recrearse en los aspectos más brutales, cómo la vida de una familia se puede ver afectada por el capricho de unas bestias. Esta autora nunca defrauda, escribe con ritmo y sus historias siempre dejan huella.

Esta historia es desgarradora de principio a fin. Lo lees y es inevitable pensar en el caso de la Manada. Mientras la leía, se me revolvía todo por dentro. Cuánto horror, cuánta vida marcada por el capricho y por la impunidad.

Mi parte preferida del libro ha sido las primeras páginas, cuando Oates hace un resumen de todas las frases que las personas se atreven a soltar juzgando a la violada, en lugar de a los violadores. Ha sido muy doloroso pero es justo lo que ocurre hoy día y el motivo por el cual la justicia es reflejo de una sociedad patriarcal y cómplice de la barbarie.

Llegando a cierta parte del libro, tras narrar la brutalidad de la violación, uno de los policías dice: "se han pasado", como si hubiera un límite de tolerancia en cualquier tipo de violación. Claro que hay violaciones que suponen la destrucción absoluta de una mujer pero hay otras menos brutales que también nos marcan.

Si las violaciones grupales son "merecidas" o la violada "se lo había buscado" según ciertas personas, ¿qué nos queda a mí y a todas las adolescentes que acceden a mantener su primera relación sexual presionadas? ¿qué pasa con las violaciones dentro de la pareja?

Cuánto dolor amparado y permitido por la sociedad, y perpetuado por ellos, los sanos hijos del patriarcado.

A crude history, seen from the perspective of all the people involved in the crime which gives the short novel it's title, of the event and later jury to the responsibles.
One of the only histories I know work with that subject matter with expertise.

Teena Maguire es una madre soltera de 35 años que, tras la fiesta del 4 de julio, vuelve con su hija Berthie a casa por un atajo. Madre e hija son abordadas por una pandilla local que arrastra a la primera a un cobertizo mientras la segunda consigue esconderse. El daño a Teena después de la brutal v.olación grupal es completo: mental, físico y social. En el juicio posterior, las lectoras acompañamos a Beth en el juzgado y, a través de sus ojos, observamos y escuchamos cómo se le cuestiona a Teena. Comentan que se lo merecía, analizan su ropa, la acusan de haber vendido su cuerpo a cambio de dinero y después arrepentirse.

Joyce Carol Oates oscila desde la tercera a la segunda persona y simula las voces de los personajes en función de sus niveles educativos y su procedencia social. Se centra en los rumores, en la venganza y en la maldad de los pueblos pequeños y de mentalidad cerrada. Además, nos brinda una visión a largo plazo, transportándonos en el futuro para mostrarnos la transformación de las vidas de las personas afectadas, pues las consecuencias de una v.olación duran toda la vida. No son víctimas, son supervivientes que, a pesar de no olvidar, pueden vivir una vida feliz sin dejarse definir por un evento sobre el que no han tenido control.

El caso de Teena es el de muchas mujeres traicionadas y traumatizadas por un sistema que, supuestamente, ha sido diseñado para protegerlas y hacerles justicia, pero que se limita a violentarlas de nuevo a lo largo de todo el proceso. Joyce Carol Oates, con V.olación lanza una crítica a la cultura de la v.olación, a la forma en la que las mujeres agredidas son tratadas por la sociedad y por la justicia, a la manera en la que las supervivientes son destrozadas una y otra vez por la policía, los juicios, la opinión pública...