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Empezaré la reseña diciendo que, si hubiera sabido la realidad en la que se movía la autora con esta novela desde un inicio, mi valoración probablemente habría sido de 5*. Voy a escribir algún que otro spoiler relevante, así que cuidado. Para mí el tema de la infidelidad es algo que no tolero, ni en la vida real ni en la literatura romántica. No entiendo la necesidad de plasmarlo, ni aun cuando juega a favor de los protagonistas, por lo que pensar durante un 70% que esto era lo que ocurría ha hecho que se me hiciera largo e insoportable. Solo continué la lectura porque confío en Beth O'Leary y sus primeras novelas me han gustado muchísimo. No tenía muy claro hacia dónde estaba yendo la historia, no sabía cómo evolucionaría cada personaje y no estaba segura de querer averiguarlo. Miranda y Jane me parecían súper interesantes, pero no podía parar de pensar que habría preferido que cada una tuviera su propia novela, en lugar de una conjunta. Algo como un Joseph Carter literary universe. Con Siobhan, sinceramente, nunca llegué a conectar. Me reitero, pero sé que si hubiera sabido la verdad desde el inicio, habría entrado muchísimo en la novela, la habría disfrutado en cada escena, y habría elucubrado cómo continuaba cada capítulo. La escritura de O'Leary siempre me atrapa y lo cierto es que, además de las jóvenes de las que ya he hablado, es lo mejor de toda la historia. Consigue crear tensión y desolación en tan solo unas páginas, y sabe cómo formar una imagen perfecta en la mente del lector. Si para vosotros no es un deal breaker o, ahora que sabéis que no trata de ello, estáis decididos a darle una oportunidad, estoy segura de que «Tres citas con Carter» os encantará. |
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