Hamnet

Creo que no me equivoco si afirmo que "Hamnet" es uno de los libros más reseñados este año. Mi ejemplar ha estado guardado desde abril; el motivo, no quería ser víctima de las expectativas, ni dejarme arrastrar por tanta opinión positiva. Quería construír mi propia experiencia y disfrutarlo cuando sintiera que fuera el momento. El momento llegó y me he encontrado con una novela extraordinaria, hechizante y conmovedora.
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Como ya sabéis la novela narra la vida de Hamnet el hijo pequeño de Willian Shakespeare muerto a los once años por causa de la peste bubónica y al que dedico "Hamlet", una de sus obras más importantes. Pero también es la historia de su familia, sobretodo la de su madre, Agnes, para mi la verdadera protagonista. Agnes es una mujer especial. Agnes es libre, fuerte e inteligente, una hija de la naturaleza conocedora del poder curativo de las plantas y con un don para predecir el futuro. Una mujer luchadora y enérgica hasta que la muerte de su hijo la sume en un dolor insoportable.
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En "Hamnet" el dolor, la pérdida y el duelo se convierten en los temas principales. Seremos testigos de como cada miembro de la familia sobrelleva la muerte de su ser querido, como cada uno gestiona su dolor. Vivir ese duelo al lado de Agnes es devastador, la autora lo describe tan bien que se hace imposible no empatizar con ella. Durante la lectura sentí su dolor y su miedo, sentí como su mundo se desmoronaba y como una parte de ella se moría con su hijo. Cómo su gestión del duelo, algo tan personal, no es comprendido por el resto porque Agnes seguía siendo madre y esposa y como tal debía resignarse.
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A pesar de ser una de las novelas más leídas no me ha parecido que sea una lectura para todo mundo. Su estilo es muy pausado y no pasan muchas cosas; su punto fuerte es una narración sumamente bella y especial, a veces casi me parecía estar leyendo un cuento. Y es que Hamnet tiene mucho de cuento de hadas -me ha encantado como O'Farrell describe la comunión de Agnes con la naturaleza-. La autora reconoce que la novela es también producto de meras especulaciones, pues sorprendentemente son pocos los datos que se tienen sobre la vida familiar de Shakespeare. Pero poco importa que es real y que es fruto a la imaginación de la autora, ambos mundos se mezclan dando como resultado una novela fascinante y muy emotiva merecedora de todo lo bueno que se ha dicho de ella.