Resulta un poco extraña esta novela sobre las últimas horas de la vida de Jesucristo (y las primeras de su eternidad). Aunque el estilo de escritura es aquel al que la autora nos tiene acostumbrados, amena y aguda, con una gran ironía en sus argumentaciones, lo cierto es que a mi es, de todas las novelas que he leído de ella, la que menos me ha gustado. me ha resultado inquietante, un poco repetitiva y tal vez un pelín presuntuosa (aun tratándose de Amelié).
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