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En “Metafísica de los tubos” Amelie nos contará sus primeros tres años de vida en Japón. Realmente la autora plasma reflexiones de esas primeras experiencias de su vida y desglosa su entorno familiar, narrando con una voz adulta las sensaciones que experimentó en diferentes momentos de su infancia como la primera vez que comió chocolate, sus primeras palabras, la relación que mantenía con su nana japonesa o cómo descubrió lo que implicaba el trabajo de diplomático de su padre. Y esa manera de narrar y de contar sus recuerdos fue lo que me enamoró por completo de la historia, una historia llena de un humor muy ácido llevado a una niña pequeña que jamás podría tener una manera de expresarse y de pensar tan enrevesada y adulta. Y después de este libro quiero leer todo lo de la autora aunque le daré prioridad a sus novelas autobiográficas para seguir descubriendo sus vivencias y ese humor que tanto me ha gustado. |
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