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No sé qué ha sido este libro... más bien este despropósito de libro. Para mí, esta trilogía principal ha ido de más a menos, el primer libro me resultó una fantasía super salseante y divertida, con personajes super clichés pero con una historia que atrapaba; con el segundo ya iba prevenida de que decaía y así fue, aunque no tanto como habría previsto, los personajes se descarriaron mucho y los dramas estaban ahí para hacer bulto y añadir páginas; este tercero... uff, qué aberración lo que ha conseguido hacer con los personajes a los que cogí tanto cariño en el primer libro. El único personaje que se salva es Tyler y eso que la mayor parte del libro no deja de fallarse a sí mismo y va drogado la mitad del tiempo. Así que imagínense dónde quedan los demás :-) Ash parece que evoluciona, se comienza a comprender a sí misma, lo que quiere y lo que merece, pero sus amigas... UGH es que para tener amigas así ¿quién necesita enemigos? Si una amiga se planta y me dice que su ligue del momento se está comportando como un gilipollas y se convierte en un Cam, soy la primera que se planta en la casa del chaval de turno y le mando a la mierda y amenazo con fervor porque a los gilipollas hay que etiquetarlos como tal y que no hagan daño a personas que importan. ¿Qué hacen las "maravillosas" amigas de Ashley? Bueno, pues decir que es el increíble Cameron Parker y que tiene que seguir intentándolo, que debe darle una nueva oportunidad (después de las doscientas que ya le ha dado), que el pobre lo está pasando mal y que no pueden perderse el uno al otro. En plan... ¿estamos tontos o qué? Por no decir que una de ellas, Mia, se empieza a liar con una de las personas que le han hecho la vida imposible a Ash y encima quiere que la comprenda porque en el fondo es buena persona... es que yo flipo :-) Ay, Cam y ay, Ash... La pobre Ash empieza este libro empoderada y ganándose a sí misma, pero de tanto perseguir al estúpido de Cam termina por perderse a sí misma poco a poco, convirtiéndose en una persona con más inseguridades de antes (ehhh, ojo, que encima al señorito se le ocurre decir que ella tiene que quererse a sí misma para que puedan estar juntos... pero luego profundizar muchos kilómetros en las inseguridades que ya tiene) y muchas dudas. Oh, por no decir que de pronto todos los chicos parecen loquitos por ella... ¿Por qué? ¿Qué aporta esto a la trama? ¿Que se ha vuelto super irresistible y... qué? Esto en el primer libro estaba bien tratado, ahora es un despropósito. Si Cam empezaba a ser imbécil en el primer libro, en este es que ya supera lo insuperable, que si tiene dramas en su vida (vale, ahí lo acepto), que si no puede estar con Ash porque va a hacerle mal (¿lógica?), que si no puede hablarle de sus problemas porque no (cuánta comunicación, ¿eh?), que si ahora vuelvo, pero luego me voy y encima, cuando le pido que vuelva, me indigno (claro que sí, chavalín, porque la muchacha va a estar esperando a que se te aclare la cabecita esa que tienes llena de serrín y esperar que no vuelvas a hacerle daño una vez más como un perrito fiel y duradero). Los dramas, encima, pierden fuelle de manera suuuuper fácil. Se mastica durante más de la mitad del libro, dos molestias super molestas para los protagonistas y, de pronto, ¡pum! Todo arreglado y a follar como conejos. Porque sí, una vez los problemas de Cam se resuelven y se acuestan por primera vez, su relación se basa en acostarse cada vez que se quedan a solas... Super interesante :-) Luego entran en juego algunos dramitas más de personajes secundarios que me han gustado muuuucho más porque, venga ya, Cam y Ash ya están bastante trillados y se han convertido en dos peñazos. Y se termina el libro con un felices para siempre... o no, porque el cuarto libro que sucede cuatro años después parece que viene con más drama. |
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