Bad Ash 2. Sin miedo

AVISO: esta reseña contiene spoilers del anterior libro de la saga.

Ash ha conseguido lo que esperaba, empezar algo con Tyler Sparks, tras 4 años de suspiros. Todo debería ser perfecto si no fuera porque las dudas la atormentan, unas dudas llamada Cameron Parker. Y es que tal vez, aquello que se quería hace años no es lo que se quiere en el presente.

Si la primera parte es adictiva y una montaña rusa de emociones, esta segunda tiene varios momentos de ir cuesta abajo. Desde el principio se nos plantea que Ash no está segura de la decisión que ha tomado, pero el conflicto interno tarda menos en resolverse de lo que debería para mantener la intriga del libro. Muchas de las decisiones que toma hace que te cuestiones qué es lo que le pasa por la cabeza, sobre todo en lo referente a sus amigas, a las que pasa de endiosar en el primer libro a poner en tela de juicio en todo momento.

A esto se suma el hecho de que la autora usa más clichés que nunca, sobre todo de cara al final del libro, para dejar la puerta abierta al tercer libro. También la escritura se ha resentido, hay demasiadas alusiones a los ojitos de Cam, literalmente cada 5 páginas se nos habla de sus ojitos verdes, y la forma de abordar ciertos temas queda muy descolgada e incluso incomprensible. No he terminado de entender el giro que la autora quiso dar a la historia en esta segunda parte, mostrando una Ash mucho más insegura y con demasiados miedos, que opta por una postura agresiva e incluso soberbia hacia quienes la rodean. Veremos si el tercer libro mejora todo esto.

Colibrí.