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La vida de Ashley Bennet ha cambiado completamente. Ha dejado de ser una chica invisible para convertirse en la comidilla del instituto. Esta segunda parte no ha sido lo que esperaba. Las expectativas estaban muy altas con el primer libro e iba a ser difícil superarlas. El título desde luego no hace justicia al contenido, ya que Ash es una persona completamente insegura y llena de complejos, que se deja influenciar por sus enemigos, en lugar de intentar escuchar y buscar consuelo en sus amigos. La comunicación en su relación sentimental y con sus amigas brilla por su ausencia. Y dan ganas de zarandearla para que espabile de una vez. Cam sigue siendo el capullo adorable, aunque también necesita un empujoncito para que luche por lo que quiere. Tyler sin duda ha sido el protagonista de este libro, con su gran evolución. Dejamos de lado al personaje tóxico del primer libro para adentrarnos en sus miedos y su lucha interna por ser mejor. Pero, como ya he dicho en varias ocasiones, la trama se alarga y se enreda demasiado, se crean dramas innecesarios y eso no me ha gustado. No sé qué nos espera con el tercer libro y el final te deja con ganas de más. Pero a la vez me ha dejado con la sensación de que va a volver a ser lo mismo, liarlo todo para alargar la trama. |
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