Las chicas tendrán que aprender a superar los acontecimientos del primer libro mientras una guerra se va fraguando. En Chicas de tormentas y de sombras se siguen tratando temas duros; en este caso, las consecuencias a largo plazo de los abusos sexuales. Además, es un libro algo más denso que el primero: la política de Ikhara tiene mucha más importancia. Aun así, he disfrutado más de la relectura que de la primera vez que lo leí. Hay mucha acción, tensión, sorpresas y plot twists que duelen mucho. Las protagonistas evolucionan un montón. Desde luego, el final no te dejará indiferente, y menos mal que tengo ya el tercero esperando en mis estanterías. También me ha gustado mucho que se hayan incluido varías perspectivas: podemos conocer a personajes que antes eran más secundarios, además de a algunos nuevos que son maravillosos. Wren y Lei evolucionan un montón, me ha encantado adentrarme en sus mentes tras todo lo que pasa en el primer libro, así como conocer mejor a las otras chicas. Con este libro, Natasha Ngan me ha hecho reír, llorar y sufrir. Me alegra un montón haberle dado una segunda oportunidad a su trama y a sus personajes grises; ha sido genial. Es un libro igual de duro que el primero, si no más, pero muy necesario por las cuestiones que visibiliza, y no me refiero únicamente a los abusos. Esta trilogía es maravillosa, no puedo dejar de recomendarla. |