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Empatizar es sentir empatía hacia otro y la empatía es la participación afectiva de una persona en una realidad ajena a ella, generalmente en los sentimientos de otra persona y esto es lo que me ha pasado con Laura, Alina y Doris. Las he escuchado, las he comprendido y me habéis hecho sentir.Empecemos por Laura, una persona que ha tenido claro siempre que no quiere ser madre, que la maternidad no es algo que busque y que por decisión propia toma solución para esto. El efecto de esta decisión es que su madre no la comprenda, la sociedad no la comprenda... Y es que existe una presión generalizada por la que se "debe" ser padres, yo he estado en esa situación a mi me han dicho «y el niño para cuando» y estoy segura que tú que lees esto también has recibido este comentario así como muchísimos otros ya que están catalogados como «la norma» . Siempre me ha parecido un tema muy personal, habrá personas que quieran serlo y no puede, gente que directamente no quieren, otra gente que si y deciden serlo solos, o 200.000 motivos por el que decidir uno u otro y todos diferentes. No me canso de decir que cada persona es un universo entero individual por lo que no puedes pretender que la otra persona sea como tú. Laura ha tomado una decisión pero el que tomara esa decisión no la privó de que despertara en ella un instinto de protección hacia el hijo de su vecina o que se preocupara y se alegrará a partes iguales de lo que le pasaba a su amiga Alina, una amiga que compartía pensamientos y que su historia fue diferente a la de Laura.Sigamos con Alina, ella compartía pensamientos hacia la maternidad con Laura pero cuando conoció a Aurelio y fue pasando el tiempo ella fue cambiando su opinión, su deseo, tanto que se esforzó mucho para alcanzarlo ya que tenía problemas para poder quedarse embarazada. Lo que Alina no sabía era el camino que le llegaría, un diagnóstico mientras aún su bebé estaba en el vientre, un diagnóstico aterrador, que hizo que se derrumbara, que tomara unas medidas preventivas y que se preparará para lo que vendría pero es lo que tiene la vida, que nunca podemos anticiparnos a ella y que cuando nació su pequeña no se cumplieran al 100% lo previsto con antelación, que se le presentará delante otro camino nuevo, inexplorado, incierto, comenzar a caminar hacia la incertidumbre. La historia de Alina me angustio lo reconozco, luego de ser madre soy el doble de sensible, de empática esto me hace muchas veces sufrir sobremanera y mientras conocía la historia de Alina sufrí y mucho, yo no soy capaz de aventurarme a decir cómo hubiera actuado yo. Jamás me atrevería a semejante cosa.Laura, Alina y Doris son mujeres diferentes con sus peculiaridades y sus vivencias individuales, sus historias no son comparables entre si y sus decisiones son suyas, propias. Si una cosa he aprendido después de ser madre es que por ejemplo ninguna maternidad es igual a otra, puedes encontrar momentos puntuales de similitud pero jamás serán iguales o parecidas, tus hijos no serán igual al de tu vecina, se consciente que darás a luz a un ser humano independiente, que desarrollará su carácter, sus pensamientos y personalidad. Así como la vida siempre será diferente para cada uno.Sin duda un libro real que recomiendo que leas y descubras la historia detrás de la ilustración del nido con el huevo ( te dejo intriga incluida jajajaja) ✨🪺👀 ¡Hasta la siguiente reseña ❤️🫰🏼!
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