Después del invierno

Esperaba más de esta historia sobre dos emigrantes que buscan una vida mejor. No obstante, la lectura no ha estado mal, he podido disfrutarla incluso en algunos momentos.

Lo que más me ha gustado ha sido la historia de amor de Cecilia con su vecino, una historia nada convencional, que no se basa en bombones y flores, ni siquiera en el sexo. Este amor es puro y brutal en algunas ocasiones, y también crudo como la vida. El personaje de Cecilia me ha cautivado por completo, tratándose de una chica muy normal, con sus altibajos y una personalidad tranquila. Me ha parecido un personaje muy real, y creo que se ha descrito a la perfección su manera de ser. La autora ha ahondado muy bien en su carácter y personalidad.

No obstante, el personaje de Claudio no me ha agradado nada. Se presenta como un chulo y un machista, y en las partes en las que él salía estaba temiendo todo el tiempo que tuviera sexo, porque era de lo más desagradable con sus pensamientos: trata a las mujeres como un jarrón en el que echar su semen, como un objeto y nada más. Las mujeres le molestan, solo las quiere para tener sexo esporádico con ellas. Pero todo cambia cuando tiene problemas. Ahí sí que se deja querer, porque no tiene otra alternativa. Sinceramente, deseaba lo peor para este personaje, y me ha defraudado mucho su historia. La autora utiliza con excusa una homosexualidad escondida, pero eso no quita para que sea un imbécil redomado, en mi opinión. Este personaje me ha estropeado todo el libro, y me ha dejado un regusto amargo de la lectura.

En resumidas cuentas, espero leer más de esta autora en un futuro pero también espero que sus otros libros me gusten más, porque este no me ha deslumbrado, y de hecho ha habido partes que no me han gustado nada.