El corazón del daño

Con estas condensadas notas dedicadas a su madre, María Negroni se sincera para dialogar con ella, como una despedida o como un reencuentro, donde le explica cómo llego a agobiarla y desesperarla su amor. Su mirada poética reinventa un lenguaje potente e íntimo y amalgama géneros (narración, diario, autobiografía…), que se mezclan constantemente con la literatura (con citas de otros escritores y de sus pasos de de autoconocimiento a través de la lectura y la escritura).

Partiendo de que no hay una verdad suprema, de que la vida y las personas son complejas, de que el silencio no puede ser transcrito, estas pequeñas pinceladas condensan emociones, sentimientos, tensiones, contradicciones y vivencias compartidas con su madre. Muchas de ellas desde la óptica de su niña interna, que ilumina desde sus recuerdos su escritura, como recoge otra cita: “se escribe, dicen, con una mano arrancada a la infancia”. La complejidad y los claroscuros del vínculo donde la madre es el centro y el origen de la vida y de la palabra, pero ¿se es hija para siempre?

“Todo es traducible, menos el lenguaje”, “La literatura es la prueba que con la vida no alcanza” y este libro de libros no es traducible ni alcanzable tampoco. Merece muchas relecturas. Además, que invita a leerse en voz alta.

Al acabar este libro de recuerdos y sobre todo de silencios siento un vacío que llena, una tristeza que consuela. Es una escritura catártica que me ha calado bien dentro. El amor duele, ¿es posible reconciliarse con este dolor recordando?