De ninguna parte

Hacía mucho tiempo que no leía a Julia Navarro y cuando vi este libro y la sinopsis me recordó a otro, también suyo, que leí hace tiempo y que me encanto: "Dispara, yo ya estoy muerto". En aquel recopilaba la historia de Palestina a lo largo del siglo XX, mientras que en el que os traigo hoy, el eje central de la trama es el terrorismo islámico y sus consecuencias.

La autora nos trae a dos protagonistas cuya vida ya de adultos se verá marcada por un desgraciado encuentro en su juventud.

Jacob es objetor de conciencia en Israel. Pese a ello debe servir a su país cumplimiendo el servicio militar. Su cometido, dar cobertura a nivel informático a los militares.
Abir, siendo niño, en un asentamiento al sur del Líbano, ve morir a su familia, tras una incursión del ejército israelí contra un dirigente yihadista. Antes de escapar, mientras jura vengarse, la mirada de ambos se cruzan. Nuestros protagonistas quedan así unidos por la tragedia, el dolor y el odio.
Años más tarde sus vidas vuelven a cruzarse, de nuevo en bandos opuestos.

Escrita en tercera persona, de manera fluida gracias a que tiene bastantes diálogos, está dividida en dos partes: una a modo de introducción y otra donde se desarrolla toda la acción terrorista y contraterrorista.
La autora vuelve a atraparnos en una historia donde viajaremos entre Líbano, París, Afganistán y Bélgica, mientras nos habla del fanatismo religioso. Y, aunque éste no es el eje principal de la trama, nos vuelve a mostrar toda la crueldad del enfrentamiento palestino.

Con un ritmo que va en aumento conforme avanzamos en la lectura, nos adentra en el terrorismo islámico, pero también, en la conciencia de los personajes y en por qué somos como somos.  En que, pese a que siempre hay elección, es el ambiente y la ideología en que crecemos así como aquello que nos sucede, lo que nos acaba convirtiendo en quienes somos.

Por último tengo que decir que los personajes, tanto principales como secundarios, están muy buen caracterizados y son muy humanos. Luchan por sobrevivir, contra el desarraigo intentando encontrar su lugar en este mundo.
Son personajes con los que como lector puedo empatizar aunque no esté de acuerdo con sus actos.

Una historia dura que te invita a reflexionar sobre las consecuencias de la guerra y el fanatismo religioso, y de las secuelas que dejan.
Que te emociona al mostrarnos las dos caras de una misma moneda: ambos protagonistas, enfrentados entre sí debido a su cultura y al ambiente en el que han crecido, sólo luchan por encontrar sus raíces.