El gato que amaba los libros

Cuando empecé éste libro no imaginé que me fuera a dejar pensando tanto en mi vida como lectora.

Rintaro es un jovencito de secundaria, que vive con su abuelo, el propietario de la librería Natsuki.

El señor Natsuki se hizo cargo del muchacho ya que sus padres se divorciaron y posteriormente su madre falleció. Ellos tienen una dinámica establecida, Rintaro ayuda en cosas básicas a su abuelo y después va al colegio. Sin duda que esto no representa gran emoción para el chico pero lo que realmente le apasiona es estar con sus libros y perderse horas leyendo, ¿te suena familiar?.

Al poco tiempo el señor Natsuki fallece y Rintaro debe de irse a vivir con una tía que no conoce. Es aquí cuando estando en la librería, a punto de comenzar un remate de las mejores obras literarias, empieza a tener visitas inesperadas, primero un compañero del cual desconocía su gusto por los libros, después una jovencita que comienza a llevarle los reportes escolares.

Pero de pronto… ¡aparece un gato atigrado que habla!

Así es, Tora, como cualquier otro gato, con ese desdén y altanería que caracteriza a los mininos, comienza a decirle que él es el segundo de la generación de la librería Natsuki y que debe de ayudarle a rescatar cientos de libros que se encuentran atrapados.

Por supuesto que Rintaro se sorprende pero cómo cualquier lector curioso, sigue al gato entre los pasillos de la librería hasta que llega a unos laberintos extraños en donde se encontrará al hombre que los tenía encerrados, el hombre que los recortaba, el hombre que solo pensaba en venderlos y a la mujer del último laberinto.

La historia de Rintaro me hizo pensar y sentirme un poco identificada con todos los hombres de los laberintos. Me hizo cuestionarme inclusive la cantidad de libros leídos, el motivo, el hecho de conservar los libros y si solo quiero ser una enciclopedia con piernas, como le decía el señor Natsuki.

La historia me dió un poco de vibras de Alicia en el País de las maravillas, con el animalito que habla y al que seguimos a un mundo desconocido pero, aún así, me pareció muy original y con un gran mensaje.