Me gustan los libros con un gato de personaje y más si es literatura nipona, es una combinación que me encanta. Así que mis expectativas para este libro eran altas, y la verdad estas se cumplieron ampliamente. Un libro que llega para permanecer en la mente y el corazón del lector y que al mismo tiempo nos presenta profundas reflexiones sobre lo que significa decir que a uno le gustan los libros y como estos influyen en las personas
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