El gato que amaba los libros

Tras esta atractiva portada se esconde un libro bastante peculiar escrito al estilo japonés que al menos según mi humilde experiencia lectora también suele ser bastante particular.

Esta es la historia de Rintaro y su amor por los libros, Rintaro adolescente Hikimori (es decir recluido de forma voluntaria de la vida social) acaba de perder a su abuelo, que además de su abuelo es la persona con la que se ha criado, su maestro y su guía en la vida. Gracias a su abuelo ha vivido siempre entre libros, y es que éste era dueño de un librería de libros de todo los tipos, épocas y lugares: La librería “Natsuki”.

Los pasillos de la librería y las rutinas de su abuelo eran el mundo que Rintaro conocía , que le hacían sentirse seguro.

Tras su pérdida, Rintaro pasa sus últimos días en la librería esperando que llegue el día en que se mudará lejos con una de sus tías. Pero durante esta espera, conocerá a diferentes personas que abrirán el mundo del chico a otras percepciones.

Además de personas, conocerá a Tora, un gato atigrado con ojos color jade, algo peculiar, que le pedirá ayuda para salvar libros que están en peligro. Sí, le pedirá ayuda, como lo oís… ¡es un gato que habla! Y aquí comienzan las aventuras de Rintaro y Tora.

Juntos explorarán diversos laberintos que les llevarán a situaciones curiosas de las que podremos extraer bastantes enseñanzas y frases para reflexionar.

Sin duda es un canto a la lectura, a los grandes escritores de la historia y a los amantes de los libros. Una historia tierna y conmovedora que nos pondrá de relieve algunos hechos que están ocurriendo actualmente.

Aun con todo lo que os he contado me ha faltado algo, quizás es demasiado juvenil o quizás tiene un ritmo demasiado pausado.

De todos modos creo que es una historia que cualquier lector va a disfrutar en mayor o menor medida y sin duda se sentirá identificado en varias ocasiones.

Os dejo una de las perlas que podréis encontrar:

“Los libros no vivirán la vida por ti. El lector voraz que se olvida de caminar con sus propias piernas, acaba siendo una enciclopedia repleta de conocimientos obsoletos”