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Llegué a este libro por la apasionada recomendación de un conocido, quien me aseguró que a su esposa este libro la “despertó”, le cambió la vida. También acto seguido, alguna otra persona que lo había leído también me lo tiró un poco por los suelos. Ni tanto ni tan calvo; el mensaje no es nada original y tal vez tenga algunos toques reaccionarios, pero estando avisada entra en lo tolerable. En cuanto a la trama, pues es muy del estilo de Monica Gutiérrez, lo que se llama Feelgood. Ambientes acogedores en los que predominan las chimeneas, las meriendas con té y pasteles caseros, los paisajes maravillosos y evocadores y un montón de referencias a otros libros, autores y obras de arte. El mensaje de esta novela, no obstante, me parece deliberadamente ambiguo, confuso, me dejó algo desconcertada el final. Lo recomiendo para quien busque una lectura navideña y cozy y no rechace los mensajes morales ni el catolicismo. También para los amantes de la película Sonrisas y Lágrimas
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