El cuaderno blanco

Nadie como tú para pronunciar mi nombre. Nadie como yo para saber lo que sientes. Nadie entre las palabras que pronuncias a diario. Y nadie como nosotros para repetir estas que no nos pertenecen cuando las escribimos en silencio en un cuaderno en blanco. En un cuaderno en blanco como la nieve que cae o la mano helada que acaricia tu rostro.

Amamos sin creer en el amor. Sin creer en nada lo hicimos. Vivimos porque merecía la pena hacerlo. Soñamos para no quedarnos dormidos.

Jóvenes poetas como éramos, jóvenes adolescentes con sueños y sin dinero en la cartera. Con un mal sabor de boca por cómo la vida se muestra sonriente. cuando el destino se presenta.

Nadie reconoce en los libros de historia su historia. Nadie se atreve a decir así fuimos, no hace mucho tiempo. Todos quieren olvidar, pero no se puede.