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Llevaba muchos años sin leer a Murakami. Pasé por esa fase de descubrimiento en que me quedé epatado por su particular forma de escribir y tras leer unas cuantas novelas llegué a un punto de saturación que me hizo alejarme de él.Es que a Murakami o se le ama o se le odia. Sus libros pueden llegar a ser insufribles si los lees en un momento poco adecuado y a la vez enganchan como una droga dura y quieres más de sus personajes desquiciados y misteriosos.Baila, baila , baila, eso es lo que hace en sentido figurado el protagonista de esta historia todo el rato. Una huida hacia adelante buscando algo que ni él mismo sabe. Este es el último libro de una tetralogía que debería releer y que probablemente relea y que te deja con ese sabro agridulce de no saber muy bien que significa todo lo que ha pasado y a la vez te enganchas a unos personajes de los que querías más.Como me suele pasar con sus libros, los más interesantes no son el protagonista, que llega a hacerse un poco odioso, sino tida esa corte de personas que pasan por su vida y que son los que realmente merecen la pena.
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