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Al pueblo ha llegado "la mala hora". ¿Qué pasa si un día despertás y te encontrás un revuelo en el pueblo? La razón: alguien pone en papel los rumores que todos saben y se toma el trabajo de pegar esos pasquines en las casas de los protagonistas de esos rumores. Este es el punto de partida de esta novela. En García Márquez la desgracia puede aparecer de diferentes formas, en este caso se desarrolla a partir de la premisa "pueblo chico infierno grande". Este libro me recordó mucho al cuento del mismo autor "Algo muy grave va a suceder en este pueblo", la base de ambos se sucede por medio de chismes, malentendidos y habladurías, algo muy común en los pueblos (quienes vivimos en uno, sí que lo sabemos). En el caso de la Mala Hora, son chismes verdaderos, que todos saben, pero cobran protagonismo al aparecer como una manera de escrache. Los habitantes de la comarca tienen terror, no solo porque cualquiera puede ser el próximo en quedar expuesto, sino también porque no saben quién es el autor de los pasquines. Cualquiera puede ser el enemigo. Por otro lado, en este libro también se ven los entramados de poder que se van denunciando a partir de la narración. El pueblo ha sido "pacificado", ahora todos deben responder al gobierno del nuevo presidente. Pero la realidad secreta es que todavía hay chispas revolucionarias y algunos sueñan con otro país. Estos conflictos políticos se intercalan con el conflicto inicial, a veces haciéndonos dudar de si realmente el tema de los pasquines es lo que importa. También podemos ver otro tema de interés político, que es el abuso de poder, la corrupción en las fuerzas armadas y la violencia institucional. Esto se ve como una denuncia, algo característico en García Márquez. Si bien todo comienza con la desgracia y el terror que desarrolla lo privado al convertirse en público, después se va moviendo a través de estos tópicos que son muy interesantes. No esperen realismo mágico, en este libro no lo encontré. En mi caso, no era lo que esperaba, pero no creo que sea un mal libro. |
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