La novela no es propiamente una historia romántica, al menos el romance no es su eje central. Más bien es un drama con toques de humor, una historia dura y vitalista al mismo tiempo. Los personajes principales están bien elaborados, se muestran reales, con un progreso conjunto lento pero intenso. A lo largo de la novela aparecen como secundarios los diferentes miembros de sus familias, algunos tratados de forma muy superficial; Patrick, el novio de Lou; o Nathan, el fisioterapeuta de Will. También hay cierta crítica social, haciéndonos partícipes de las complicaciones cotidianas de una persona tetrapléjica, obstaculizada por las barreras físicas y por las barreras sociales, por la actitud con la que son tratados por parte de algunos. Esta escrita -para bien- sin abusar del sentimentalismo y el dramatismo. La historia es tan triste como tierna, dulce, invita a reflexionar sobre la vida y como la vivimos. |