Enigma

Qué penita me da descubrir autoras que escriben tan bonito pocos años después de haber fallecido… Ahora bien, tras haber leído este libro hay una cosa que me ha quedado clara: Jan Morris nunca será olvidada y espero que su legado, sus libros, sigan pasando de generación en generación porque, por lo menos este, es una auténtica delicia.

La autora no pudo elegir mejor el título porque lo que le ocurrió, según ella, fue todo un enigma. Con una premisa muy impactante, de la cual podemos leer un fragmento en la portada tan preciosa y minimalista de esta edición, Jan Morris nos narra cómo se dio cuenta de que había nacido en el cuerpo equivocado. Ella no se sentía un hombre, sino una mujer a la tierna edad de 3 o 4 añitos.

Este libro se centra simple y llanamente en su vida, algo muy diferente a lo que estaba acostumbrada a escribir porque ella, por si alguien no sabe quién es, era periodista de viajes. La acompañamos en un recorrido por su infancia y su juventud, donde nos hace partícipes de cómo fue la relación con su familia, con sus amigos, la educación que recibió, sus primeros pasos en el mundo laboral e incluso conocemos alguno de sus escarceos amorosos.

Algo que me ha parecido curioso de esta historia es que la autora no tiene malos recuerdos de su infancia y su juventud. Es más, recuerda la época en la que vivió como hombre con cierta nostalgia. Y qué quieren que les diga, a mí me enterneció bastante porque lo explica todo de una forma tan bonita, delicada y poética que no puedes evitar ponerte en su piel. Además, también nos explica el proceso por el que pasó para, digamos, entender por qué se sentía así y se apoya en numerosas tesis sobre el funcionamiento del cerebro, la biología y el género.

Puede que la parte más dura de este libro sea la etapa de su transición. Tras sopesarlo muchísimo decidió comenzar a hormonarse cuando ya era bastante adulta y ahí es cuando asistimos a las críticas, los prejuicios, los juicios de valor y los cuchicheos en público que tuvo que soportar según iba luciendo más femenina. Pero algo que me ha encantado descubrir de la figura de Jan Morris es que era una mujer con mucho talante y las cosas bien claras, y no se dejaba pisotear por nadie ni se escondía por miedo o vergüenza.

Este libro me ha encantado de principio a fin y me alegro muchísimo de haber conocido a un personaje tan interesante como Jan Morris. Ahora me he quedado con el mono de leer sus otros libros y estoy segura de que alguno caerá próximamente.

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