Agujeros de Sol

Alejaos de los básicos de terror habituales para experimentar algo nuevo con Agujeros de Sol. Este libro desafía la definición de terror. No existe una clasificación simple para encasillarlo. Nos adentra en un miedo crudo, sin adulterar, que se abre paso en el corazón del lector para establecerse, que proyectará sombras en el recuerdo durante muchas venideras noches oscuras.

Verdadera agonía, aterradora y tan negra como el asesinato, este trabajo único, es una demostración de lo horrible que podemos ser. Nos recuerda que detrás de las sonrisas puede esconderse un peligro engañoso con secretos horribles. Horror, sí, aunque Nieves Mories lo ha cortado de una vena más profunda que la mayoría de su género.

La historia parte de unos hechos reales, una matanza estremecedora de la cual sabremos nada más empezar a leer, ya que su comienzo es el final. Una pistola de clavos. Restos humanos pegados en las paredes, incluso alguno dentro de la ensaladera. No podía ser otra fecha que la cena de Nochebuena, y es que absolutamente todos entendemos lo aterradora que puede volverse esa cena con la familia reunida en torno a un animal sacrificado. Nuestra autora intensifica el horror con los oscuros secretos de una familia pudiente española cuyos personajes engloban tres generaciones.

La moral, la decencia, la ambición y la venganza, todo cabe entre unos personajes que te asombran o te aterran según los vas conociendo. Cada uno tiene algún tipo de icono que los sigue a lo largo de la historia, evolucionando a medida que ellos lo hacen. Aun así es verdad que cuesta visualizarlos dentro de sus personalidades diversas, y a veces quedan confusos, no tienen una descripción precisa e incluso tuve que detener la lectura en alguna ocasión para situarlos. Los niños son un punto y aparte, una palpitación intensa de emoción cada vez que aparecen.

La prosa de Nieves es maravillosa, excelente, la lees casi como un susurro en el oído. Cosas que daremos por ciertas puede que no lo sean. al igual que las muñecas matrioskas, ella sabe alternar historias para crear el efecto de una confusión bien calculada en la tradición de grandes autores ya consagrados. Como suelo decir alguna vez de escritores que me impresionan, lleva la tinta en su sangre. Una historia de venganza en su naturaleza más básica y dominante, el regreso de quien no se espera, pero estaba en la sombra esperando su momento.

Y es que el terror grita al propio terror, será por eso que la trama se va entremezclando con momentos deshonrosos recientes de nuestro país, de madres solteras, tráfico de bebés o lo que fue la represión hacia la mujer en aquellos años turbios.

Un libro rico en simbología significativa. Hay fantasmas, pero no son el tipo tradicional. Estos son fantasmas vivientes, almas que deambulan por un mundo de propiedad opresiva, aplastados por la normalidad y prisioneros de lo que se considera apropiado. Pequeños detalles pueden parecer insignificantes, pero cada uno es una pista para avanzar en esta historia. Nada se desperdicia en esta intensa narrativa. El terror corre a un nivel que es profundamente perturbador, sacudiendo nuestro núcleo, porque entre líneas podemos reconocernos a nosotros mismos, a nuestras propias familias y al veneno tóxico que nos contamina a todos.

Un placer haberlo leído, mil aplausos a su autora. Después de este libro solo nos queda preguntarnos acerca de las personas más cercanas que tenemos y hasta dónde pueden llegar para alcanzar sus objetivos. ¿Estaremos a salvo de nuestra amada familia? ¿Estarán ellos a salvo de nosotros?

Alguien me comento que cuando reseñara esta historia le dijera mi opinión, aquí tienes dos simples palabras: debes leerlo.