Invisibles

"Invisibles" es una novela que se cuela dentro de nosotros. Nos hace pensar, hacer un pequeño stop y pensar en el día a día que tenemos en nuestra vida y en nuestra sociedad.
¿Cuántas personas desaparecen sin que nadie se preocupe de ellas?¿Cuánta gente necesita ayuda y nadie piensa en ello ni hace nada?¿Cuántas personas son asesinadas o se suicidan sin que nadie sepa nada?
Estas son algunas de las preguntas que gracias a Graziella Moreno nos encontramos con la lectura de "Invisibles".
La historia es muy lineal en cuanto a escenarios y tiempo se trata. Como protagonistas tenemos a Sara, su hermano Simón y Pablo, un amigo de ambos. Sara es policía, pendiente de expediente por una reacción que tuvo en un caso en el pasado. Mientras se dedica a recoger denuncias y a realizar papeleos, un trabajo que muy pocos policías quieren.
Un día se topa con una denuncia por desaparición, a la que por motivos personales hace caso y empieza a investigar al respecto. Poco a poco, con ayuda de Simón y Pablo, descubren que hay mucho más escondido.
Es chocante las respuestas que se recibe, tanto de familiares y amigos, como de gente del entorno. Enseguida es que las chicas desaparecidas han huido, se han fugado, o algo similar. Nadie le da la importancia que realmente tiene, y resulta escalofriante pensar que cada día, pasa mucho más de lo que pensamos.
¿Dónde ha quedado la empatía? Vivimos en un mundo en el que cada día nos preocupamos menos de los demás, cada día escuchamos menos, y no es algo con lo que estemos directamente involucrados, ni nos acordamos de ello en ningún momento.
Leer "Invisibles" es recibir un golpe de realidad. No sólo por la cantidad de gente desaparecida, de la que en muchas ocasiones no se vuelve a saber nada ni en años; si no también por la familia. Esa angustia de no saber dónde está tu hermano, tu hijo, tu primo, tu amigo... es horrible.
Quizá por la TV, pensemos que es algo que sí que se trata, pero la realidad es que son sólo los casos más sonados, que por algún motivo adquieren más renombre que otros. Pero hay muchísimas más personas, invisibles, como el título nos indica, que lo son y lo siguen siendo.
Su lectura es ligera, con capítulos cortos y muy amenos. Aunque al inicio del la novela el ritmo es más lento, pronto nos atrapa con la historia de las desapariciones, y además las historias personales de los protagonistas. al final, devoramos sus páginas sin darnos cuenta.