No te puedo engañar, yo también tengo mucho miedo. Porque lo que se nos echa encima no distingue entre bien y mal. Nos cae la venganza de los hombres, y estos vienen ciegos y sordos.
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No te puedo engañar, yo también tengo mucho miedo. Porque lo que se nos echa encima no distingue entre bien y mal. Nos cae la venganza de los hombres, y estos vienen ciegos y sordos.
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No solo la amaba con la paciencia de los años sobre su espalda, sino que admiraba sus ganas de luchar, de hacer un mundo mejor para aquellos que vendrían, por su convicción de que eran sus iguales; y sonrió. Allí estaba él, haciendo cualquier cosa por ella.
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¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?