Una visita inesperada

El libro del que os hablo hoy ha sido una de esas lecturas que sorprende y calma a partes iguales. La pluma de Irenea no me era desconocida, y que he tenido el gran honor de compartir incluso antología con ella. Su primera novela, Retales del olvido (Hela ediciones, 20219) ya me enamoró, pero con esta obra me reafirmo y puedo decir que Irenea se ha convertido en una de mis referentes nacionales.

Cuando la historia comienza parece que va a ir en un derrotero y, sin embargo, poco a poco se van dando pinceladas que nos van dirigiendo en otras direcciones y que hacen que la novela sea adictiva, pero no de esa manera que en ocasiones genera ansiedad y te obliga a leer compulsivamente (que no es que sea algo malo, ni mucho menos, pero ahora no era lo que yo estaba buscando). Es una historia que puedes disfrutar en cualquier momento, porque los escenarios y la trama se van adaptando a la perfección para que puedas evocar con exactitud lo que está sucediendo en el relato. Esto es algo que, para mí, es muy importante. Además creo que la autora juega muy bien con el tiempo atmosférico para dar forma a la novela.
Creo que, si esta historia tiene una pega, puede ser estar, y es que la primera parte, la que es más introductoria, se alarga demasiado y ocupa más que la segunda, que es donde, realmente, viene la chicha. Pero, aun así, leerlo es una delicia.

La prosa de Irenea es fluida y delicada, con las descripciones justas y precisas. Sabe elegir con exactitud las palabras adecuadas para transportarte a los escenarios y transmitir los sentimientos. Creo que, sin duda alguna, las escenas románticas han sido mis favoritas.

Porque sí, hay escenas románticas. Es más, si comienzas a leer puede parecer que la trama va a girar en torno a las relaciones que se puedan establecer ese verano, pero nada más lejos de la realidad, ya que desde el principio el misterio estará servido y las dos tramas se irán mezclando en un equilibrio perfecto que no hace que la historia se torne pesada.
Sí que es verdad que había escenas que, de primeras, parecían no encajar con el resto de la novela, pero no lo digo como algo malo, si no que hacían que me quedara perpleja y con ganas de leer más.
La verdad es que creo que es una novela llena de contrastes y matices que hacen que su lectura sea una delicia.

Sin duda alguna, esta ha sido una de las novelas que me ha dejado con buen sabor de boca este año, ya que venía de una racha de novelas no tan buenas.
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