Notas a pie de instante / El amén de los árboles

Asomarse al periódico antes que a la ventana: así comienza el fin del mundo.

El niño y el anciano, al no tener futuro, son huéspedes del instante.”

Las primeras ramas que trepé fueron los brazos de mi madre.

Cada mañana, mis hijos me enseñan la lección de una confianza inalcanzable para el futuro: nada más abrir los ojos, sonríen porque saben que al otro lado de la noche está el amor que los atiende.

Hubo años en los que me interesaban las personas que parecen interesantes. Hoy me gustan las que no lo parecen, que son normalmente las que suelen serlo.

Ser padre es contemplar cómo crece otra memoria.