La senda de los Alpes: la historia de mi carrera: Una autobiografía breve de L. M. Montgomery

Debemos seguir nuestras "voces de la fantasía", seguirlas a través del amargo sufrimiento, el desánimo y la oscuridad, a través de la duda y la incredulidad, a través de valles de humillación y sobre deliciosas colinas donde cosas dulces nos atraen y desde nuestra búsqueda, siempre y para siempre debemos seguir, si pudiéramos alcanzar el "lejano evento divino" y ver después de ahí las etéreas torres de nuestra Ciudad de la Realización.

Cualquier artista sabe que pintar exactamente desde la vida es dar una falsa impresión del sujeto. El artista debe estudiar desde la vida, copiar cabezas o brazos que sean apropiados, apropiarse de trozos del personaje, idiosincrasias personales o mentales, "hacer uso del verdadero para perfeccionar el ideal".

Pero el ideal, su ideal, debe estar detrás y más allá de todo. El escritor debe crear sus personajes, de lo contrario no se parecerán a los de la vida real.

Siempre he odiado escribir el inicio de una historia. Cuando termino de escribir el primer párrafo siento como si este se quedara a medias. El resto viene más fácilmente. Empezar un libro, por lo tanto, parecia una tarea más bien tremenda.

Las tierras tienen personalidad justo como la tienen los seres humanos; y para conocer esa personalidad debes vivir en la tierra y acompañarla, y obtener de ellos sustento para el alma y el espíritu; solo entonces puedes realmente conocer una tierra y ser reconocido por ella.