La maldita manía de quererte

Kilian Sotomayor nos narra en primera persona toda su vida y cómo cada acontecimiento, bueno o malo, ha afectado a su personalidad, su concepción de la vida y la forma de valorar lo emocional por encima de lo material.
Kilian narra su vida dando saltos entre el pasado, cuando apenas era un crío, sin complicaciones, con unos padres que lo adoraban y a los que adoraba, viviendo en la zona más lujosa de Nueva York y con un futuro solucionado gracias al legado de su padre: un sevillano que llegó a Nueva York cuando era joven y que, con mucho esfuerzo y dedicación, creó su propia y exitosa empresa. Y también nos narra el presente donde, tras varias desgracias a lo largo de su vida, y con más de veintiocho años, aterriza en Sevilla con el único fin de dejar atrás su antigua vida en Nueva York, de la cual también conoceremos a través de flashbacks. En cuanto pone los pies en España pasa a llamarse Carlos y empieza a buscar trabajo de lo que sea con el fin de hacerse a sí mismo por su propio esfuerzo, sin apellido Sotomayor que le abra las puertas.
Y así, descubrirá que los bienes materiales no dan la felicidad, y que los sentimientos son los que verdaderamente enriquecen a las personas. La vida es un recorrido con baches y situaciones amargas y dolorosas, pero que se debe recorrer con la cabeza alta y sin miedo al fracaso pues, de los errores se aprender y siempre se puede sacar algo positivo de ello, solo hay que saber apreciarlo y valorarlo sin perder la esperanza.

Kilian ha tenido la suerte de nacer en un hogar que le ha proporcionado todas las posibilidades para que los problemas que tiene la mayoría de la gente no sean tan difíciles. Pero toda esa riqueza no ha hecho más que mostrarle el gran aprendizaje de la vida. El amor no es un bien que se pueda comprar o vender, por mucho dinero que se tenga, y gracias a las personas que forman parte de su vida será capaz de creer que se puede querer y que te pueden querer, sin barreras ni impedimentos. Y eso es lo más bonito que se desprende de toda la historia. Un mensaje esperanzador que anima al lector a luchar, a no perder la batalla y a perseverar porque, cuando menos te lo esperas, llegará aquello que te hará volver a sonreír.

La vida de Kilian es una montaña rusa y, pese a su estatus social y su forma de vivir rodeado de lujos y comodidades, es fácil empatizar con él y sentirnos cercanos a la historia, ya que todo lo que le va ocurriendo es algo natural y normal en el día a día de cualquier ciudadano de a pie y, seguramente, lo habremos vivido en nuestras carnes mínimo una vez en la vida. Kilian nos muestra que la vida está compuesta por vivencias que nos hacen crecer como seres humanos, que en ocasiones nos equivocamos y pensamos que fue un error meternos en según qué líos y que no deberíamos haber caído en eso que nos hizo algún daño, pero erramos al verlo de esa forma. Kilian nos ayuda a entender que todos los fallos son parte del largo trayecto que llamamos vida, y eso es lo que nos hace ser conscientes de lo que queremos y lo que no. Sin errores, nadie sabría con certeza qué es lo que desea y quiere, haciendo que la vida carezca de sentido y dirección.

Los personajes son muchos y variados, pero tengo que destacar a unos cuantos. Jack y Mady, desde el fallecimiento de los padres de Kilian, se convierten en sus tutores legales y, por encima de todo, en familia más allá de la sangre, en aquellos en los que siempre puede apoyarse cuando se hunde tanto en sus problemas que le resulta prácticamente imposible salir a flote por sí solo. Jack y Mady son un auténtico apoyo y la relación entre los tres me ha resultado sumamente entrañable y sentida.
Dakota también es un personaje de peso en la vida de Kilian. Es su mejor amiga desde la infancia y siempre está ahí cuando la necesita.
Por otro lado, también aparecen varios intereses amorosos a lo largo de la vida de Kilian, y el cual parece tener una fijación por los nombres que empiezan por C xD. Carmen es su primer y verdadero amor, aquella que llegó en el momento justo, cuando más lo necesitaba y más perdido se encontraba, pensando que el amor había seguido su camino sin detenerse en encontrarle. Soñaba su futuro con ella, no veía su vida sin que Carmen formara parte de su día a día pero, como suele pasar en la realidad, y que queda muy bien plasmado en la novela, la rutina de trabajo y las obligaciones suelen hacer mellas en una relación que, en ocasiones, son imposible de superar.
Tal y como explica Kilian en la novela, las obligaciones y el trabajo se convirtieron en una rutina que fue minando su felicidad. Y en lo que se refiere al amor, sin querer, fue dejando de lado algo que nunca se debe perder y, con el tiempo, se destruyó el afecto y la complicidad que existía entre dos personas que habían significado todo el uno para el otro.
Luego tenemos a Claudia, un alma libre que aparece para enseñarle que es necesario confiar en la gente y, por último a Cristina, una chica que, como Kilian, tiene todo lo materialmente posible; de familia adinerada a la que tendrá que hacer frente si quiere que su amor sobreviva, ya que su padre se niega a que su hija se plantee siquiera un futuro con un camarerucho de nada (si ellos supieran... xD).


Ha sido una novela que se me ha pasado volando pese a sus más de 500 páginas. Lo único que no me ha terminado de convencer, y que me choca dada la actitud y el aprendizaje que experimenta el protagonista, es la forma en la que Kilian se enfrenta al final de la historia a una situación que él mismo se ha buscado, dándole esperanzas a una mujer cuando, en el fondo, jamás ha podido olvidar a su verdadero amor. La forma en la que se ha enfrentado a ella no me ha parecido la correcta, y tratando de escurrir el bulto con la típica excusa y frase coletilla. Como suelen decir... el teléfono funciona en ambos sentidos así que... culpa se tiene por ambas partes. Pero, bueno, es algo que, nuevamente, se ve muy a diario en las relaciones de pareja y La Maldita Manía de Quererte destaca por eso mismo: la cotidianidad y la realidad de todo lo que le ocurre a Kilian y cómo se enfrenta a ello. Errores, decisiones y experiencias que terminan convirtiéndole en quien es.

En resumen, 'La Maldita Manía de Quererte' es un viaje a través de la vida y el corazón de su protagonista, Kilian, un viaje íntimo y personal donde seremos partícipes tanto de sus momentos más bajos como de aquellos que lo llenan de alegría y le animan a seguir adelante siendo quien es. Una novela con experiencias cotidianas y realistas con las que nos sentiremos identificados y nos permitirán entender mejor la actitud del protagonista, aunque no siempre sea la correcta.
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