Justo antes del final

Narrar la biografía materna es para Monge la manera, por un lado, de recuperar retazos de una larga conversación entre madre e hijo, entrecortada por las dolencias del cuerpo enfermo; y por el otro, de transitar el duelo. Narrar al otro, a su vez, es un modo de narrarse a uno mismo, puesto que todo ejercicio autobiográfico implica indagar en el yo y en el nosotros, y exige la reconstrucción de un linaje porque, en definitiva, y como dice un poema de la poeta chilena Elvira Hernández que se cita en la novela, «En la raíz de todo está mi madre / como un manto tejido bajo tierra».
La nueva novela de Monge tiene una estructura original que sigue ordenadamente la secuencia de los años desde el nacimiento de la protagonista hasta su duelo, y en la que el relato se divide entre lo que ella evoca desde la enfermedad y lo que añaden las voces de la familia, y aquello que el narrador lee o recuerda de la época, tirando de un heterogéneo conjunto de hilos escogidos con una lógica que se evidencia poco a poco. Este es un gesto narrativo a través del cual Emiliano Monge señala el desafío que supone contar una vida si la memoria siempre es imprecisa, hace trampas y se arma a partir de versiones más o menos contradictorias del pasado.