Una imagen valía más que mil palabras, pero nunca servía para contar la totalidad de la historia.
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Una imagen valía más que mil palabras, pero nunca servía para contar la totalidad de la historia.
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Ojalá mis palabras estuvieran colgadas de un anzuelo para poder enrollar el carrete y recuperarlas. Porque lo único que había pescado en lo que iba de día era morralla.
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¿Para qué viajan Fray Guillermo y Adso a la abadía benedictina?