Es una lectura que, si bien es breve, es muy intensa. Su lectura del mito es Pigmalión es una actualización que pone el foco en el personaje femenino, aquí llamada Galatea, surgido de las manos del escultor. Si la obra de Ovidio (y la relectura de Rousseau) dejaban evidencias de una visión muy concreta de la realidad masculina y femenina de su tiempo, Miller lo actualiza de manera magistral, mostrando con crudeza mucho más de lo que hicieron los anteriores. Además, sus ilustraciones, de Ambra Garlascheli, serenas y sutiles, pero cargadas de fuerza y significado son el acompañante perfecto para este relato.
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