El coloso de Marusi

En Micenas los dioses se pasearon en tiempos por la Tierra, de eso no puede haber duda, y allí la progenie de esos mismos dioses produjo un tipo de hombre artístico hasta el tuétano y al tiempo monstruoso en sus pasiones.

El hombre sabio no necesita viajar lejos; el idiota es el que busca la olla de oro al final del arcoíris, pero los dos están siempre destinados a encontrarse y unirse. Se encuentran en el corazón del mundo, que es el comienzo y el final del sendero. Se encuentran en la realización y se unen en la trascendencia de sus papeles.