Cinder: Las crónicas lunares, 1

Me ha gustado el mundo futurista que crea la autora a partir de fragmentos clásicos y otros más actuales, mezcla pasado y futuro con gran acierto. Es curioso que eligiera Japón como escenario para su versión del cuento original y resulta un cambio muy agradable.

Se supone que este libro es un remake del cuento La Cenicienta, pero si no fuera por la portada, veríamos pocas semejanzas entre él y Cinder, en realidad, he visto más parecido con Blancanieves. Como consecuencia, sabemos las cosas que van a pasar (al menos las más conocidas, como la escena del zapato de cristal), lo que lo convierte en un libro algo predecible, pero eso no significa que no disfrutemos con él. Cinder cuenta una historia futurista estupenda sin perder la esencia del cuento original.

La autora ha creado una trama llena de sorpresas y misterios, aunque unos eran más sonados que otros, y agradezco que no se centrara sólo en la historia de amor. La narración es fluida y las páginas pasan volando entre los dedos. El vocabulario es muy llano y nada rebuscado, pero creo que debería documentarse más sobre el tema de los robots, porque mezcla los términos ciborg y androide sin darse cuenta de que son cosas diferentes.

Sin embargo, para mí el punto negativo de esta novela es la poca elaboración del carácter de los personajes, ninguno de ellos están bien perfilados y espero que este problema se solucione en los libros venideros. Eso no significa que no me gusten, porque sí. Me caen bien y espero que evolucionen para mejor, pero sí me chirrían los numerosos fallos que arrastran y la autora no parece ver.

El príncipe Kai no se comporta según su posición. Es de la realeza y, por tanto, no debería hablar con tanta normalidad con los plebeyos porque no está dentro de su naturaleza ni su educación. Se comporta como si se hubiera criado en los mismos barrios marginales que Cinder, y el lector sabe que no es así.
Cinder es una protagonista un tanto bipolar. Tan pronto es una chica dura como el acero o un flan tembloroso. En mi opinión, al tener una infancia y una vida tan dura, debería ser únicamente una chica borde y seca, sin esos arrebatos de amabilidad y sentimentalismo que no encajan con ella.

Sé que está de moda poner a los protagonistas entre los 15 y 17 años, pero seamos sinceros, ningún chaval de esa edad hablaría o actuaría como lo hacen en este libro. Precisamente por esto, Cinder tiene comportamientos que no concuerdan con el resto de su personalidad. Tiene arrebatos de timidez y vergüenza que no debería experimentar. Tanto escritores como editores (que también tienen algo de culpa) deberían ajustarse más a la trama y a lo que quieren contar.

Cinder es una buena novela introductoria, te deja con ganas de conocer las aventuras de sus protagonistas. Es un libro entretenido y original. Quiero saber como continúa y, sobre todo, conocer el final de esta saga.

Saludos ;)