Esperaba más. Tenía muchas ganas de leer este libro, puesto que bastantes críticas decían que Sin noticias de Gurb era de los más divertidos. Además, el género satírico y la trama de un extraterrestre que no conoce las costumbres de la Tierra prometían. Y para nada lo ha sido; exceptuando dos ocasiones en las que lo absurdo de la situación me hizo gracia, la historia tiene poco de ocurrente, solo disparates (que es lo que se pretende). Además, según avanza, cada vez se convierte en un sinsentido mayor.
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