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Es el tercer libro que leo de McQuiston y... es el que menos me ha gustado. Se me ha hecho largo y aburrido, y la historia de amor entre August y Jane, por mucho que quería que me enamorase, no la he llegado a sentir, a creerme ese amor, básicamente porque parte de un «instalove» y porque no he logrado conectar con ninguno de los personajes. Tampoco me ha emocionado la «found family» que encuentra August en sus compañeros de piso, cuando es uno de mis tropes preferidos. Me he notado muy desconectada de todos y de todo lo que ocurre. Vamos, que lo más importante de la novela, los dos personajes protagonistas y su historia de amor, es lo que menos me ha convencido. Pero, por supuesto, hay cosas que me han gustado, y mucho: - Que la protagonista sea bisexual y quede meridianamente claro y ella lo repita en varias ocasiones. Me encanta que todos los protas de los libros de McQuiston sean bi. - Esa total representación queer, esa esperanza, ese rayito de luz, que desprenden todos los libros de Casey. - Esos pequeños pero certeros detalles que le autore introduce en las descripciones y que hacen más completa y creíble la narración. - La historia secundaria del tío de August, que me hubiese gustado conocer más. Me ha emocionado (y dolido) muchísimo su desenlace, cuando en realidad se habla de ello en solo unas páginas. - Y el final. Pese a que «Una última parada» es mi libro menos favorito de McQuiston, estoy deseando leer cualquier cosa que escriba. |
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