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Crítica de Celeste_Lightwood


Celeste_Lightwood
11 August 2020
Esta historia está narrada desde el punto de vista de Alex, el hijo medio mexicano medio estadounidense de la presidenta de los Estados Unidos. Tanto él como su hermana June y la mejor amiga de ambos, Nora, son conocidos como el trío de la Casa Blanca y marcan tendencia allá donde van. Alex es guapo, carismático y muy inteligente, lo que hace que todas suspiren por él y sea un soltero muy codiciado. También oculta un gran secreto y es que no soporta a Henry, el príncipe de Inglaterra. le parece un tipo altanero, orgulloso, distante y nada cercano. Unido a su personalidad fría, es extremadamente guapo, siempre va de punta en blanco y parece el chico perfecto con aficiones perfectas y una vida perfecta. Por todo ello, Alex no le soporta y le irrita coincidir en el mismo espacio con él. El epítome de su odio por esta figura llegará cuando los miembros de la Casa Blanca sean invitados a la boda del príncipe Philip, el hermano mayor de Henry, y su prometida Martha. Durante el baile, Henry y Alex tendrán un pequeño encontronazo que finalizará con la tarta de la boda, de 75.000 dólares, por los suelos y ambos chicos untados en nata y bizcocho. Esta noticia será recogida de inmediato por la prensa sensacionalista que comenzará a especular acerca de una posible relación tirante entre los dos solteros más cotizados y los dos órganos de gobierno más importantes.


Para evitar que esto vaya a mayores y que la Casa Real de Inglaterra termine convirtiéndose en un enemigo real y las relaciones entre ambas naciones vayan a peor o las disputas entre Henry y Alex pasen a ser un problema político, inician un programa donde Alex y Henry se verán obligados a pasar tiempo juntos, seguidos de cerca por la prensa, para demostrarle al mundo que esas rencillas que se comentan son falsas y que, en realidad, son grandes amigos.

Durante estas sesiones en las que se verán obligados a fingir una amistad que no comparten, comenzarán a conocerse mejor, a descubrir que los prejuicios que tenían respecto al otro estaban infundados y eran erróneos, y también se darán cuenta de que estar juntos no es tan horrible como podía parecer a priori. Poco a poco, su amistad dejará de estar coreografiada y comenzarán a hacerse amigos de verdad, hasta el punto en que iniciaran una amistad a distancia, comunicándose por teléfono cada uno desde su respectivo país y afianzando su relación.

Sin que se den cuenta, esa relación de colegueo cada vez se irá estrechando más y hará que empiecen a despertarse ciertos sentimientos mucho más profundos, ciertos sentimientos que uno no sabía que existían y que el otro nunca quiso confesar en voz alta, por lo que, de forma natural, su amistad se transformará en amor. Sin embargo, deberán llevarlo en secreto. ¿El príncipe de una monarquía tan tradicional coqueteando con el hijo de la presidenta de los Estados Unidos? No hay forma de que eso salga bien. Pero tendrán que intentarlo.

Esta novela ha producido muchos sentimientos en mí. Sabía de entrada que me iba a gustar mucho porque era mi kind of shit, como suele decirse. El cliché de enemies to lovers, si está bien llevado, es uno de mis favoritos y si a eso le juntamos una historia de amor imposible, pues estoy dentrísimo.

Este libro está narrado desde el punto de vista de Alex, por lo que no solo vamos conociéndole a él, lo que opina de Henry y cómo van desarrollándose sus sentimientos, sino que también conocemos de primera mano cómo funciona la Casa Blanca y las elecciones que se realizan en Estados Unidos. No sé hasta qué punto lo que la autora nos cuenta es real y verídico (porque, como comprenderéis, yo de política estadounidense pues ni pajolera idea), pero me ha parecido bastante interesante porque he sentido que "aprendía" algo que jamás hubiera aprendido por mi propia cuenta mientras leía. Eso sí, he de reconocer que estas partes han sido las más aburridas para mí, porque se me hacían un poco largas y pensadas. Pero como Alex está trabajando activamente en la campaña de su madre para que salga reelegida durante otros cuatro años y le apasiona la política (hasta tal punto que quiere dedicarse profesionalmente a ello), pues ha habido muchas escenas de Alex cotejando datos, realizando encuestas, charlando con senadores, planeando la campaña... Como he dicho, aunque me ha parecido interesante, es la parte que se me ha hecho más tediosa. Por otro lado, el personaje de Alex me ha encantado. Me parece un tipo divertido, con unos ideales maravillosos y muy claros, valiente, que está dispuesto a arriesgarse y trabajar duro por lo que quiere y con un corazón de oro. Lo mejor de este personaje son las reflexiones que hace acerca de la bisexualidad cuando se da cuenta de que le gusta Henry y empieza a recapacitar acerca de sus actos y de sus relaciones pasadas y se percata de que bueno, tan hetero no era.


La relación que tiene con June, su hermana, está basada en la confianza mutua y en el compañerismo y me ha gustado mucho, tanto ella como la propia relación de hermanos. June se vuelca con Alex, le apoya a muerte y siempre está ahí cuando él la necesita, ejerciendo al mismo tiempo de hermana mayor y de mejor amiga. Es una chica también muy fuerte, que persigue sus sueños y que no se deja avasallar por las circunstancias.

Pasando a Henry, se podría resumir en que es un cacho de pan. La fachada y la impresión que da a los medios no tiene nada que ver con cómo es Henry de verdad e iremos descubriendo su verdadera personalidad, su forma de ser y sus pensamientos a través de los ojos de Alex. Henry es un chico atrapado por las circunstancias, que se ve obligado a actuar teniendo en cuenta la posición en la que se encuentra, príncipe de una de las monarquías más poderosas del mundo, lo que le impide actuar con libertad y ser tal y como es. Gracias a Alex, podrá abrirse poco a poco y permitirse mostrarle a alguien su verdadero yo, no el que sale en las revistas. Esto le dará valor para confesarse a sí mismo y a Alex que es gay, que siempre lo ha sabido y que ha tenido que ocultarlo durante años porque lo que se salga fuera de la heteronorma no es aceptable para la realeza. La libertad que la compañía de Alex le proporciona y el amor que este le profesa le hará soñar que, tal vez, ellos dos juntos puedan cambiar las cosas y que, quizá, haya un resquicio que puedan utilizar para que su amor deje de estar prohibido.

La historia la he disfrutado muchísimo. Me ha hecho emocionarme, fangirlear, frustrarme, estar tensa, sufrir... Enseguida te encariñas con Alex y Henry, los adoptas como tus hijos y solo deseas abrazarles y protegerles de todo mal para que puedan amarse sin que nadie les haga daño. Confieso que al principio pensé que sería el típico libro en el que el tira y afloja entre ambos personajes se mantiene durante casi toda la historia hasta que ya, llegando al desenlace, se hacen pareja. Pero no, su noviazgo está desde la primera mitad y, de ahí en adelante, la historia se centra en sus respectivas carreras y familias y en cómo tienen que lidiar con su amor a escondidas, algo complicado teniendo en cuenta que son personajes públicos, perseguidos por la prensa y cuya relación, de ser descubierta, generaría mucha controversia. La verdad es que lo he pasado fatal por ellos, he sufrido cuando ellos sufrían y lo he celebrado cuando podían estar juntos y felices porque la manera que tiene la autora de narrar y de mostrar los sentimientos de los personajes hace que te metas por completo en la historia y que empatices.


Ha habido dos momentos especialmente en los que he empatizado muchísimo. Uno de ellos es, obviamente, en las reflexiones que hay acerca del colectivo LGTB y toda la opresión y el rechazo que sufren solo por serlo. No solo aparece la bisexualidad y la homosexualidad, sino que hay una mujer trans, una chica lesbiana y se hace mención a la pansexualidad (esta última sexualidad no la comparto, pero bueno, para que veáis que hay diversidad). El otro momento han sido los alegatos políticos que hace Alex respecto a las personas racializadas y a los más pobres. Es un chico concienciado con estos temas (recordemos que él es mitad mexicano) y parte de su programa o de los ideales que quiere conseguir se centra en los derechos de los inmigrantes, de los pobres y, tras explorar su sexualidad, del colectivo LGTB (que también apoyaba antes, pero ahora con más razón).

Como veis, aunque es una novela que pueda parecer puro romance y ya está, que no va más allá de una relación homoerótica salseante, en realidad Rojo, blanco y sangre azul va más allá de eso y, desde la perspectiva política, toca temas importantes que deben ser tratados incluso dentro de la literatura juvenil. Este es un claro ejemplo de que el hecho de que un libro vaya destinado a un público joven no invalida que se puedan tratar temas mucho más serios que hagan reflexionar al lector.

Rojo, blanco y sangre azul es una novela magnífica. Nos da un enemies to lovers perfectamente construido, una relación preciosa, tórrida y morbosa entre el príncipe de Inglaterra y el hijo de la presidenta de Estados Unidos y, además, toca temas muy importantes y que deben ser tratados con más asiduidad. Es un libro que se lee en un suspiro, que disfrutas (y sufres) con cada página y que te dejará el corazón calentito cuando lo termines.


Enlace: https://notodoesfantasia.blo..
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