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Tenía muchas ganas de leer un romance tan políticamente incorrecto. Estuve en modo fangirl hasta que se declaran las intenciones mutuamente. Como que se me desinflaron las expectativas. Me encantó la dinámica inicial que tienen Alex y Henry pero me habría gustado ver muchas más escenas de ellos dos tirándose trastos antes de meterse la lengua hasta la campanilla. De los dos, Alex me gustó mucho más por su carisma, sus ocurrencias y sus críticas. Supongo que obviamente influenciado porque es el personaje en el que se enfoca la narración. Hay una cosa de la narración y no sé si es de la traducción o si es una paranoia mía, pero a menudo sentía que me sacaba de la historia. Leía frases que parecía que no tenían coherencia. Que no estaban bien hiladas con lo que estaba sucediendo. Y también con el tiempo, que pasa muy muy rápido. Los dramas que hay (porque es imposible que no haya en una historia así) se solucionan demasiado rápido, con un diálogo o un cambio de escena y ya está. Y creo que es un conflicto político muy importante para que todo se trate con tanta rapidez. Entiendo a la gente que no le ha gustado porque tiene una trama política. Pero es que es un libro que necesita esa parte política. No es un romance cualquiera, es un romance entre dos países muy poderosos y uno de los personajes pertenece a una institución muy rígida. Si no se incluía esa parte de realidad, no habría quedado creíble. Es una historia que me ha entretenido y me ha gustado. Tiene unos personajes geniales y unos secundarios con bastante potencial. Me habría gustado ver más de ellos e incluso profundizar un poco más en Henry (pero no sexualmente hablando, de eso ya vamos servidos). Peca un poco de ser superficial pero podría haber sido mucho peor. |
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