Rojo, blanco y sangre azul

Cuando comencé este libro, en septiembre sí, estaba al borde de un bloqueo lector. Así que antes de continuarlo y estropearme la historia al no disfrutarla, lo dejé de nuevo en la estantería. Apenas había leído un par de capítulos, y al no haberme enganchado, pensé que no pasaría nada si lo dejaba.

Este mes, comenzando el año y recuperando las ganas de leer, fue el primero que quise continuar. Principalmente porque me apetecía saber que pasaba con la presidencia de Ellen, que ocurría entre Henry y Alex, y echaba de menos a Ñora y June. Así que a por el que fui.

Me ha durado nada, siendo realista. Para lo que podía haberme durado. Me explico, es un libro que abarca mucho el tema político y que está escrito en tercera persona. A mucha gente le echa hacia atrás ambas cosas, pero a mi me ha resultado interesante conocer tanto sobre La Casa Blanca como la monarquia en Inglaterra.

Tengo que decir también, que esperaba que hubiera ¿más dificultad en el romance? Llamadme loca, pero se han odiado 7 años y tras un par de veces que se ven, deciden que se desean. Vale, yo también me he enamorado de ellos y he disfrutado un montón leyéndolos. Pero sentía que faltaba algo de por medio.

También decir que me parece fantástica la manera en la cual Casey (la escritora) me ha hecho amar a los personas secundarios. Yo quiero un libro de Nora, de June o de Bea POR FAVOR.

Y nada, me ha gustado bastante. Solo que de por medio pues había algún capítulo que me sobrepasaba tanta información política.