Rojo, blanco y sangre azul

Este libro me llamaba la atención desde hacía tiempo pero no acababa de decidirme. El que estuviera gratis con Amazon Prime, y fuera elegido lectura de marzo en el club de lectura, fue lo que me dio el empujón que necesitaba.

La  narración es en tercera persona, pero el foco está puesto siempre en Alex, lo que hace que se eche en falta algún capítulo desde el punto de vista de Henry. La ventaja de la tercera persona es que tienes una visión más amplia de la historia y los personajes, pero en este caso no ha sido así. Conoces  al príncipe, pero lo haces con los ojos del americano.

Los protagonistas me han gustado, más Henry que Álex, pero están bastante bien ambos.

Alex tiene veintiún años, es medio mexicano, e hijo de la primera presidenta mujer de los Estados Unidos. Tiene las cosas muy claras, quizás demasiado. Pretende dedicar  su vida a la política y ser el miembro más joven del congreso.

No duda de su condición sexual hasta que se siente atraído por el príncipe, aunque al echar la vista atrás se da cuenta de que los indicios siempre han estado ahí. Simplemente tiene su vida tan planificada que no ve nada que se salga de sus esquemas.

El príncipe Henry tiene veintidós años y siempre ha tenido muy claro que es gay, pero está dentro del armario incluso para su familia. La muerte de su padre cuando es adolescente, y la posterior dejadez de su madre por la pena, marcan su presente. Eso, tener su vida planificada por otros y el constante acoso de la prensa, hacen que muestre al mundo una imagen diferente de la real.

Me ha gustado mucho Henry, su personaje está bien definido, a pesar de que lo conocemos por los ojos de otro. En su futuro está el ejército, una esposa e hijos, y hace lo que puede por posponerlo. Da un poco de pena su vida, parece que lo tiene todo pero no puede dedicarse a lo que quiere, ni ser quien es.

Como personajes secundarios en el Reino Unido tenemos al mejor amigo del príncipe, un millonario excéntrico de origen africano, de la misma edad que Henry y muy atrevido con su indumentaria.

La madre del chico es la heredera al trono y la abuela es la Reina Mary. Henry tiene dos hermanos, chico y chica, mayores que él. El heredero está conforme con su papel, pero ella, al igual que su hermano menor, habría elegido otra vida de poder decidir.  Son estereotipos pero dan juego y aportan un toque divertido.

Alex tiene una hermana mayor y una mejor amiga, que fue su novia en algún momento. Son guapos y famosos, pero sus vidas también están controladas por temas políticos. Aunque al ser la madre de Alex una demócrata divorciada, él lo tiene más fácil que Henry.

El romance va despacio debido a la distancia, y los amantes tienen que hacer malabares para poder verse. Así que aprovechan el tiempo cuando pueden reunirse. La relación avanza a través de mails y conversaciones telefónicas.

No esperaba que la política estadounidense fuera a tener tanta importancia en el libro, y eso me hizo temer haberme equivocado de lectura, pero enseguida se me hizo amena esa parte también.

La novela es adictiva, el principio de me hizo algo lento, pero enseguida me enganchó y ya no pude parar de leer. Tiene partes muy entretenidas y divertidas, el vocabulario es sencillo y sin tediosas descripciones. Pensaba que la parte política se me iba a hacer pesada, pero al final no ha sido así.  

La historia queda cerrada y el final me ha gustado, aunque puede resultar un poco pasteloso creo que era lo que pedía la historia. Todo queda bien atado y no deja incógnitas.

Me alegro de que saliese elegida en el club de lectura porque he disfrutado un montón con la lectura. Es muy entretenido y te hace pensar un poco en como en ocasiones nuestro camino ya está decidido y es complicado salirse de lo que se espera de uno.

También da visibilidad al colectivo LGTBI y vemos lo difícil que lo tienen en muchas ocasiones al no ser aceptados ni por los suyos.

Os animo a darle una oportunidad a este romance entre un príncipe inglés y el hijo de la presidenta de USA.