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Me estreno con esta autora ya no por ella, que no la conocía, sino porque me llamó la atención la historia que contaba. Me podría haber encontrado cualquier cosa, pero me sorprendí a medida que iba leyendo, porque no era lo que imaginaba. Ha sido muy duro leer este libro, más aún porque no estoy en mi mejor momento. He tenido que hacer muchas pausas, para pensar, para no explotar y controlarme, porque es un libro tan humano, tan auténtico, que te mete tan de lleno dentro de una enfermedad tan atroz como es el cáncer que a veces te retuerces de dolor solo con los diálogos. No voy a destripar ni un poquito de la trama, el que quiera que lo lea, no se va a arrepentir. (Le doy gracias a la autora por ese final, me ha emocionado de verdad y he sonreído cuando cerré el libro, gracias) Es un libro con el que no he llorado, pero es de llorar, además con razón. Es terriblemente desgarrador que una madre tenga que decir adiós a su hija, que una hija tenga que decir adiós también a su hija, y a sus hermanos y al amor de su vida. Me ha llenado tanto esta historia, que lo primero que he hecho al acabarlo ha sido respirar, y después me he metido a hurgar qué más libros tiene esta mujer (porque escribe que da miedo). En conclusión, es un libro impresionante, te remueve todo el cuerpo y te hace realmente valorar ya no tu vida, sino tu "ahora", valorar los momentos de hoy (mañana ya llegará), valorar a la gente que te rodea, que te dan amor de forma incondicional, que siempre están y que pase lo que pase, siempre estarán. Las ganas de vivir, las ganas de respirar y de seguir luchando, siempre luchando. Siempre luchando |
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