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Mediojuego (del alemán mittelspiel) es la fase central de una partida de ajedrez. En ella, con las piezas ya desplegadas durante la apertura, se desarrollan los movimientos más importantes del juego, mientras ambos jugadores van en busca de la ventaja que les permita ganar la partida. Esta velada referencia me ha parecido soberbia, porque además tiene todo el sentido una vez que acabas del libro. Pero es que todos y cada uno de los pequeños engranajes que componen esta novela me han fascinado... La narración potente, tan intensa, adornada sin recargar. La manera en que la misma está construida, aunque resulte confusa al principio. Las constantes anticipaciones que te mantienen en vilo y te fuerzan a seguir leyendo. Las pequeñas iteraciones que van evolucionando según avanza la trama, haciéndose cada vez más relevantes según nos van aportando luz a lo que está sucediendo en realidad. El desarrollo de los personajes, que están tan bien dibujados todos ellos, complejos, cautivadores. Ese mundo alquímico oculto y liminal, tan atrayente. La dualidad que está presente en todo momento a lo largo de las páginas y de todas las capas que componen la historia, que no son pocas. Las continuas referencias a la Cábala, la vuelta que le da a la doctrina del Ethos... Mezclando ficción con realidad, fantasía con cotidianeidad, lo imposible con lo tangible. La ciencia con la alquimia. Cogiendo elementos que conocemos, estables, reales, y tergiversándolos hasta acomodarlos en el trasfondo de la historia, entretejiendo constantemente lo mágico con lo ordinario. Y esos maravillosos fragmentos de los cuentos infantiles de la alquimista, que consigue relacionar con otros sobradamente conocidos, reales y tan presentes en la cultura popular, de manera impecable. Las citas que encontramos al inicio de cada libro, la forma en que se complementan y relacionan unas con otras y tienen sentido a lo largo de toda la evolución de la historia. Me faltan adjetivos para describir lo magníficamente orgánico que resulta todo, trabajado al detalle, bellamente construido, magnífico. ¿Os atrevéis a recorrer la senda improbable e intentar alcanzar la Ciudad Imposible? No queda lejos, Seanan McGuire puede llevaros si queréis ir. Tomaos de las manos, cerrad los ojos y confiad en ella. |
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