Seanan McGuire

Algunas aventuras lo único que requieren es un corazón proclive y la habilidad de precipitarse por entre las grietas del mundo. Otras aventuras requieren un compromiso previo incluso antes de que hayan comenzado de verdad. ¿Cómo pueden ellas distinguir a quienes son dignos de quienes no lo son sino exigiéndoles algo que cueste cierto esfuerzo a quienes van a protagonizarlas? Algunas aventuras son crueles, porque esa es la única manera que conocen de ser amables.

La dualidad de la palabra era como la dualidad de las puertas: cambiaban vidas y las destruían, todo con la misma y sencilla invitación: «Adelante»

Sus padres la querían, sobre eso no había dudas, pero su amor quería arreglarla, y se negaba a ver que ella no estaba estropeada.

Esa fue su verdadera historia. Hallar un lugar donde podría ser libre. Esa también es vuestra historia, la de todos vosotros.

Los niños siempre han caído en las conejeras, han atravesado espejos o han sido arrastrados por riadas intempestivas o tornados. Los niños siempre han viajado y, como son jóvenes e inteligentes y están llenos de contradicciones, no siempre han restringido sus viajes a lo posible.

Los lugares a los que fuimos eran nuestro hogar. No nos importaba si eran buenos, malos, neutros o lo que fuera. Lo que nos importaba era que por primera vez no teníamos que fingir ser algo que no éramos. Nos bastaba con ser. Eso era lo que los convertía en algo especial.

Soy suficientemente mayor como para saber lo que estoy perdiendo en el proceso de ser encontrada.

Quieren que el mundo continué siendo exactamente igual a como lo era antes de que sus hijos se marcharan a esas aventuras que les cambiaron la vida; y cuando el mundo no les da gusto, tratan de embutirlo a la fuerza en las cajas que construyeron para nosotros.

Todo era un torbellino mareante y confuso de reglas y extrañeza, y ella deseaba regresar a casa pero al mismo tiempo en modo alguno deseaba regresar a casa, no hasta que hubiese descubierto todo lo que había que saber sobre ese lugar increíble e imposible.

Antes de franquear esa puerta, yo sabía que los portales a otros mundos no existían. Ahora sé que, si abres la puerta adecuada en el momento adecuado, puedes encontrar por fin un lugar en el que encajas.